«Traigo a esta Asamblea la voz del Sur, la de los “explotados y vilipendiados”, como se le oyó decir al Che Guevara en esta misma Sala hace casi 60 años». Así, en sintonía con todos los que han soñado un planeta mejor y han sentido en mejilla propia el golpe dado a la mejilla ajena, comenzó su intervención en las Naciones Unidas, en la mañana de este martes, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Lo hizo a nombre del Grupo de los 77 y China -organismo integrador del cual Cuba ocupa en este 2023 la presidencia Pro-témpore-; y también a nombre de la Isla caribeña, esa tierra que aprendió hace mucho tiempo a mirar al otro, a no virar la cara si en otras latitudes se sufre y se necesita ayuda.
El Jefe de Estado habló de «pueblos diversos con problemas comunes. Lo acabamos de confirmar en La Habana, que se honró en acoger la Cumbre de líderes y otros altos representantes del Grupo de los 77 y China, la agrupación de naciones más representativa, amplia y diversa que existe en la esfera multilateral».
«Durante dos días, prácticamente sin descanso, más de 100 representantes de las 134 naciones que integran el Grupo, levantaron sus voces para demandar cambios que ya no pueden posponerse más en el injusto, irracional y abusivo orden económico internacional, que ha profundizado, año tras año, las enormes desigualdades entre una minoría de naciones muy desarrolladas, y una mayoría que no logra superar el eufemismo de “naciones en desarrollo”».
De tal manera se expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, durante el Debate General del 78 Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El dignatario recordó el nacimiento del Grupo de los 77 hace seis décadas. Sus integrantes, reflexionó Díaz-Canel, han actuado movidos por el propósito de «remediar siglos de injusticia y abandono y en el convulso mundo actual se ven enredados en una maraña de crisis mundiales, donde la pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor».
A las naciones del Sur les unió la necesidad del cambio, y también, «desde hace más de medio siglo, el desafío ineludible y la determinación de transformar el orden internacional actual, que además de excluyente e irracional, es insostenible para el planeta e inviable para el bienestar de todos».
Sin medias tintas, el mandatario cubano afirmó en el plenario del importante foro: «A solo siete años del plazo fijado para el cumplimiento de la esperanzadora Agenda 2030, el panorama es desalentador. Esta augusta institución lo ha reconocido ya: al ritmo actual, no se alcanzará ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y más de la mitad de las 169 metas acordadas serán incumplidas».
Desde una transparencia que recuerda los contundentes caminos que escogía el Comandante en Jefe Fidel Castro para compartir verdades, el actual presidente cubano alertó: «En pleno siglo XXI, ofende a la condición humana que casi 800 millones de personas padezcan de hambre en un planeta que produce lo suficiente para alimentar a todos; o que en la era del conocimiento y de desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y las comunicaciones, más de 760 millones de personas, dos terceras partes de ellas mujeres, no sepan leer ni escribir».
Ni pidiendo limosnas ni rogando favores
Los esfuerzos de los países en desarrollo no bastan para implementar la Agenda 2030. Tienen que estar respaldados con acciones concretas de acceso a mercados, financiamiento en condiciones justas y preferenciales, transferencia de tecnologías y cooperación Norte-Sur.
Luego de compartir la afirmación anterior, el Jefe de Estado dejó claro: «No estamos pidiendo limosnas ni rogando favores».
El G77, dijo, reclama derechos y continuará demandando una transformación profunda de la actual arquitectura financiera internacional, porque es profundamente injusta, anacrónica y disfuncional. Porque fue diseñada para lucrar con las reservas del Sur, perpetuar un sistema de dominación que acrecienta el subdesarrollo, y reproducir un modelo de colonialismo moderno.
Necesitamos y demandamos, enunció el Presidente de la República de Cuba, instituciones financieras en las que nuestros países tengan real capacidad de decisión y acceso a la financiación. Y enfatizó que urge una recapitalización de los Bancos Multilaterales de Desarrollo para mejorar radicalmente sus condiciones de préstamo y satisfacer las necesidades financieras del Sur.
Una pregunta necesaria
Datos irrefutables que dan idea del estado actual del mundo fueron compartidos en la sesión de las Naciones Unidas por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba: Mientras los países más ricos incumplen su compromiso de destinar al menos el 0,7% de su Producto Nacional Bruto a la Ayuda Oficial al Desarrollo, las naciones del Sur tienen que gastar hasta el 14% de sus ingresos para pagar intereses asociados a la deuda externa.
«La mayoría de las naciones del G77 se ven compulsadas a destinar más recursos al servicio de la deuda que a inversiones en salud o educación. ¿Qué desarrollo sostenible puede alcanzarse con ese dogal al cuello?»
A nombre de las naciones del Sur, dijo el Presidente Díaz-Canel: «El Grupo reitera hoy su llamado a los acreedores públicos, multilaterales y privados, para refinanciar la deuda a través de garantías de crédito, intereses más bajos, y plazos de vencimiento más extensos».
Que la humanidad está amenazada no es secreto
«Nadie sensato discute ya que el cambio climático amenaza la supervivencia de todos, con efectos irreversibles», dijo el mandatario de la Mayor de las Antillas.
«Tampoco es secreto que quienes menos influyen en la crisis climática -resaltó- son los que más padecen sus efectos, en particular los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo. Mientras, los países industrializados, depredadores voraces de recursos y del medio ambiente, eluden su mayor responsabilidad e incumplen sus compromisos bajo la Convención Marco de Cambio Climático y el Acuerdo de París».
«Por solo citar un ejemplo, resulta profundamente decepcionante que la meta de movilizar no menos de 100 mil millones de dólares al año y hasta 2020 como financiación climática, nunca se haya cumplido».
De cara a la 28va. Conferencia de Estados Partes de la Convención Marco (COP28), para los países del G77 serán prioridades -expresó Díaz-Canel Bermúdez- el ejercicio de Balance Global; la operacionalización del Fondo para Pérdidas y Daños; la definición del marco para el Objetivo de Adaptación, y el establecimiento de la nueva meta de financiamiento climático, con pleno apego al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
«El G-77 está convocando a una Cumbre de Líderes del Sur, a celebrarse el próximo 2 de diciembre en el contexto de la COP28, en Dubái. Esta iniciativa, inédita en el marco de una Conferencia de las Partes, será un espacio para articular las posiciones de nuestro Grupo al más alto nivel, en el contexto de las negociaciones climáticas».
«La COP 28 demostrará si, más allá de los discursos, hay real voluntad política de las naciones desarrolladas para alcanzar los impostergables acuerdos que se requieren en esta materia».
Más adelante en sus palabras, el Jefe de Estado afirmó:
Cuba no cejará en sus esfuerzos para impulsar el potencial creativo, la influencia y el liderazgo del G77. Nuestro Grupo tiene mucho que aportar al multilateralismo, la estabilidad, justicia y racionalidad que hoy requiere el mundo.
El abuso de los poderosos
A todos los problemas y desafíos que caracterizan la realidad de nuestras naciones y movilizan a los pueblos, se añaden las medidas coercitivas unilaterales, eufemísticamente llamadas sanciones, que se han convertido en práctica de estados poderosos que pretenden actuar como jueces universales, para debilitar y destruir economías y aislar y someter a estados soberanos.
En esa idea expresada en el plenario, el Presidente Díaz-Canel resumió la denuncia de un planeta donde los poderosos marcan la pauta y castigan a quienes elijan salirse de ella.
«Cuba, dijo, no es el primer estado soberano contra el que se lanzan medidas de ese carácter, pero es el que por más tiempo las ha soportado, a despecho de la condena mundial que cada año se expresa de manera casi unánime en esta Asamblea, irrespetada y desoída en su voluntad expresa, por el gobierno de la mayor potencia económica, financiera y militar del mundo».
«No fuimos los primeros y no somos los últimos. Las presiones para aislar y debilitar economías y estados soberanos, hoy afectan también a Venezuela, Nicaragua y antes y después, han sido el preludio de invasiones y derrocamientos de gobiernos incómodos en el Oriente Medio».
Cuba denuncia
El mandatario recordó que hace cinco años habló desde el mismo podio, donde antes estuvieron el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, «para exponer esas verdades y los ideales de paz y justicia de un pequeño archipiélago que ha resistido y resistirá a la altura de la dignidad, el valor y la inquebrantable firmeza de su pueblo y su historia».
«Pero no puedo pasar por esta tribuna mundial sin denunciar, otra vez más, que hace 60 años Cuba sufre un bloqueo económico asfixiante, concebido para deprimir sus ingresos y nivel de vida, padecer escasez contínua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos, y coartar sus potencialidades de desarrollo».
«Esa es la naturaleza y esos son los objetivos de la política de coerción económica y máxima presión que aplica el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, en violación del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas».
No existe una sola medida o acción de Cuba -aseveró el mandatario- para dañar a los Estados Unidos, para perjudicar a su sector económico, su actividad comercial, o su tejido social.
«No existe acto alguno de Cuba que amenace la independencia de los Estados Unidos, su seguridad nacional, que lacere sus derechos soberanos, interfiera en sus asuntos internos, o que afecte el bienestar de su pueblo. La conducta estadounidense es absolutamente unilateral e injustificada».
El pueblo cubano resiste y vence creativamente cada día frente a esa guerra económica despiadada que, dijo, en plena pandemia escaló de modo oportunista a una dimensión aún más extrema, cruel e inhumana. Las afectaciones son brutales.
El gobierno de Estados Unidos, denunció el Presidente, presionó a entidades para que no suministraran el oxígeno medicinal y los ventiladores pulmonares que se necesitaban en Cuba para enfrentar el pico pandémico de la COVID-19: “Nuestros científicos crearon las vacunas y desarrollaron los ventiladores pulmonares que salvaron al país y pusimos a disposición de otros países del mundo”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba denunció rotundamente que «con saña y precisión quirúrgica, en Washington y la Florida han calculado cómo infligir el mayor daño posible a las familias cubanas».
Detalles de un bloqueo de asfixia
Estados Unidos persigue y ha tratado de impedir los suministros de combustible y lubricantes a nuestro país, acción que parecería impensable en tiempo de paz. Así el mandatario dio inicio a una enumeración de acciones nefastas con las cuales se ha ido armando una guerra que va más allá de todo límite pensado.
«En un mundo globalizado no es solo absurdo, sino criminal, prohibir el acceso a tecnologías, incluyendo equipamientos médicos, que tengan más de un 10% de componentes estadounidenses».
«Es vergonzosa su actuación contra la cooperación médica que presta Cuba en numerosas naciones. Llega a amenazar abiertamente a gobiernos soberanos por solicitar esa contribución y responder a las necesidades de salud pública de sus poblaciones».
«Estados Unidos priva a sus ciudadanos del derecho a viajar a Cuba, desafiando su propia Constitución».
«El recrudecimiento del bloqueo impacta en los altos flujos migratorios que se registran en nuestro país en los últimos años, lo que supone un costo doloroso para las familias cubanas y consecuencias demográficas y económicas adversas para la nación».
A propósito del mundo al revés, el Presidente cubano denunció que «el gobierno de los Estados Unidos miente y hace un enorme daño a los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo, cuando acusa a Cuba, sin fundamento alguno, de ser un país patrocinador de ese flagelo».
«Amparados en esa arbitraria y fraudulenta acusación, extorsionan a cientos de entidades bancarias y financieras en todas partes del mundo y las obligan a elegir entre continuar sus relaciones con los Estados Unidos o mantener sus vínculos con Cuba».
«Nuestro país sufre un cerco real, una guerra económica extraterritorial, cruel y silenciosa. Se acompaña de una poderosa maquinaria política de desestabilización, con fondos millonarios aprobados por el Congreso de los Estados Unidos, con el fin de capitalizar las carencias que provoca el bloqueo y socavar el orden constitucional del país y la tranquilidad ciudadanas».
«A pesar de la hostilidad de su gobierno, continuaremos tendiendo puentes con el pueblo de los Estados Unidos, como hacemos con todos los pueblos del mundo».
«Fortaleceremos, cada vez más, los vínculos con la emigración cubana en cualquier rincón del planeta», aseguró el Jefe de Estado.
En nombre del Hombre
La promoción y protección de los derechos humanos es un ideal común, que demanda un genuino espíritu de respeto y diálogo constructivo entre los Estados, dijo el mandatario.
«Lamentablemente, a 75 años de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la realidad es muy diferente. Esta temática se ha convertido en un arma política de naciones poderosas que buscan someter a sus designios geopolíticos a naciones independientes, fundamentalmente del Sur».
Ningún país está exento de retos, como ninguno tiene autoridad para considerarse un paradigma en materia de derechos humanos y estigmatizar a otros modelos, culturas o Estados soberanos, afirmó el Jefe de Estado de la Mayor de las Antillas. Y añadió:
«Defendemos el diálogo y la cooperación como vías efectivas para la promoción y protección de los derechos humanos, sin politización ni selectividad; sin la aplicación de dobles raseros, condicionamientos ni presiones».
«En ese espíritu, Cuba ha presentado su candidatura al Consejo de Derechos Humanos para el período 2024-2026, en las elecciones que tendrán lugar el próximo 10 de octubre. Agradecemos de antemano la confianza de los países que ya nos han otorgado su valioso apoyo».
«Continuaremos nuestro proceso transformador, dijo el dignatario, en la búsqueda de salidas al cerco que nos impone el imperialismo estadounidense y de vías para lograr la prosperidad con justicia social que merece nuestro pueblo».
«En ese empeño, no renunciaremos nunca al derecho a defendernos».
El Presidente cubano concluyó sus palabras «extendiendo una invitación a todos a trabajar por superar las diferencias y enfrentar juntos los retos comunes, con sentido de urgencia».
«Para ello, las Naciones Unidas y esta Asamblea General, incluso con sus limitaciones, son el instrumento más poderoso de que disponemos».
«Cuenten siempre con Cuba para defender el multilateralismo y promover juntos la paz y el desarrollo sostenible, para todos. Siempre será un honor pelear por la justicia, compartiendo las dificultades y los desafíos con los pueblos del Sur, dispuestos