El 2 de septiembre de 1945, a las 9 de la mañana, a bordo del acorazado USS Missouri, anclado en la bahía de Tokío, las fuerzas militares del imperio japonés firmaron el Acta de Rendición ante las potencias aliadas. Este hecho puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
Muy cerca, en Hanoi, ese mismo día, el líder Ho Chi Minh proclamó la Declaración de Independencia y el nacimiento de la República Democrática de Vietnam. Para entonces la nación estaba dividida. La reunificación les tomó tres décadas de ardua lucha hasta que, el 2 de julio de 1976, instituyen la República Socialista de Vietnam.
En ese lapso libraron cruentas batallas, las más difíciles contra Estados Unidos, país que no escatimó recursos con su pretexto de “frenar el comunismo en Asia”, aunque acabó derrotado.
Entre el 12 y el 16 de septiembre del 1973, cuando las partes de ese conflicto aún se mataban entre sí, el líder de la Revolución Cubana Comandante en Jefe Fidel Castro visitó Hanoi, cruzó el paralelo 17 y llegó a la zona recién liberada de Vietnam del Sur, donde confraternizó con el pueblo combatiente. Fue una muestra de valor y también un gesto ético y político que elevó la moral combativa de quienes se enfrentaban a uno de los ejércitos mejor equipados del mundo.
Con su estancia en Vietnam, Fidel se convirtió en el primer y único Jefe de Gobierno que visitó la zona en conflicto. Medio siglo después, el hecho sigue cargado de simbolismo.
Días atrás, en la provincia sureña de Ben Tre, el presidente del Comité Popular Tran Ngoc Tam reiteró que “la inmortal frase de Fidel Castro: ‘Por Vietnam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre’, quedó grabada para siempre en el corazón de cada vietnamita y se convirtió en un símbolo sagrado de la lucha por la solidaridad, la amistad especial entre los dos pueblos”.
Para el dirigente vietnamita, la relación entre Cuba y su país “está basada tanto en el espíritu del internacionalismo proletario como en la lealtad y la hermandad”, gracias a un “vínculo construido y alimentado minuciosamente por Ho Chi Minh y Fidel Castro”, el cual “ha sido constantemente desarrollado y ampliado por generaciones de líderes y pueblos de los dos países”.
La relación entre Cuba y Vietnam se ha tejido con esmero hasta construir un manto que acorta las distancias geográficas y conecta el alma de ambas naciones. Esa condición de hermandad solidaria guía la colaboración; así como el intercambio sistemático de delegaciones y visitas de dirigentes de alto nivel.
EE. UU. – Vietnam: de la confrontación a la coexistencia
A pesar de las cuantiosas pérdidas (materiales y humanas) ocasionadas por la guerra, Vietnam y EE. UU. decidieron remontar sus vínculos. Fue el presidente Bill Clinton quien, el 11 de julio de 1995, anunció la normalización de relaciones entre los dos países. En el 2013 los gobiernos acordaron establecer una “asociación integral” que ha propiciado nexos “fuertes y profundos”, según expertos.
La estrategia vietnamita de priorizar el desarrollo económico sin sacrificar la voluntad de construir el socialismo ha generado varias iniciativas, entre ellas destacan las de estrechar relaciones con las comunidades de emigrados y comprometerlos con la prosperidad nacional.
Los estudiantes vietnamitas, por ejemplo, conforman el octavo grupo más grande de alumnos internacionales matriculados en centros docentes de los Estados Unidos y representan el 2 % de todos los extranjeros que cursan estudios superiores en el Estados Unidos, según informe del 2017.
En este camino de reconocerse como “nuevos amigos”, dirigentes estadounidenses y vietnamitas han intercambiado visitas. En julio de 2015, por ejemplo, el Secretario General del Partido Comunista de Vietnam Nguyễn Phú Trọng fue recibido en Washington por Barack Obama. Este fin de semana ha sido Joe Biden quien ha llegado a Hanoi, donde sostuvo encuentros con la más alta jerarquía de la nación asiática, incluido Phú Trọng.
Las partes han dejado claro que el acercamiento no implica un “alineamiento”, sino una expresión de madurez y pragmatismo en materia económica y de política exterior.
Frente a escenarios como estos, vale recordar la historia para no olvidar la esencia de fechas y aniversarios.