“Denuncio la falta de transparencia y la conducta manipuladora de la Unión Europea (UE) en la preparación de la III Cumbre Celac-UE, que ponen en serio riesgo el éxito de la reunión”, declaró la pasada semana el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla.
En un video difundido por medios cubanos y extranjeros y en redes sociales, Rodríguez advirtió que, aunque la reunión que se celebra en Bruselas, Bélgica, los días 17 y 18 de julio puede ser una oportunidad para avanzar en los vínculos birregionales, la UE intenta imponer formatos restrictivos, divisivos, que imposibilitan discusiones directas, mientras pretenden ocultar a la opinión pública el contenido de los debates.
Tras bambalinas han organizado foros paralelos cuyos representantes latinoamericanos han sido elegidos por los anfitriones, lo cual crea condiciones para que se conviertan en plataformas de ataque y singularizaciones contra países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).
En una acción considerada inamistosa, el Parlamento Europeo aprobó el 12 de julio pasado una resolución con “un alto contenido injerencista”, como expresa la Declaración de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, que además estimó que “el Parlamento Europeo carece de autoridad moral, política y jurídica para juzgar a Cuba”.
La resolución de la Eurocámara, como también se le conoce, evidenció una fuerte carga ideológica por parte de eurodiputados conservadores y de la extrema derecha, algunos vinculados a políticos anticubanos en Estados Unidos, con el propósito de entorpecer las relaciones de Cuba con el bloque regional.
De cara a la Cumbre Celac-UE varios mandatarios de la región rechazaron la imposición en la agenda del tema de la guerra en Ucrania. Con ello bloquearon una intentona de convertir el cónclave en un escenario antirruso y de apoyo al presidente ucraniano Vladimir Zelenski.
En la búsqueda de entendimientos, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América –Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP) emitió un comunicado en el cual exhortó a que la reunión de alto nivel propicie “un debate transparente, respetuoso, participativo y plural, que identifique soluciones para enfrentar, de manera colectiva, los desafíos de ambas regiones, y tribute al fortalecimiento de una verdadera asociación estratégica birregional”.
El bloque aspira a que la cita aumente la cooperación inclusiva, la recuperación económica postpandémica y el financiamiento al desarrollo, y tratarán temas como el cambio climático, la seguridad alimentaria y las energías renovables.
Además de Cuba, Venezuela es otro de los focos de ataque de los sectores reaccionarios de la UE, aunque el canciller bolivariano Yván Gil sentenció que los intentos de torpedear la Cumbre y usarla para intervenir en los asuntos internos de su país “no pasarán”.
El éxito o el fracaso del encuentro dependerá de la racionalidad que impere del otro lado del Atlántico y de que se disipen esas desfasadas reminiscencias de las metrópolis en su empeño de imponer “edictos reales”. La historia reconoce que latinoamericanos y caribeños conquistaron su independencia desde los siglos XIX y XX.