La III Cumbre de jefes de Estado y Gobierno Celac-Unión Europea se celebrará en Bruselas, Bélgica, el 17 y 18 de julio.
Los líderes de ambas regiones volverán a reunirse tras ocho años de no hacerlo, en un contexto internacional muy complicado.
La realidad es que, más allá de discursos y declaraciones, no se ha logrado avanzar en los vínculos birregionales y, en el último período, incluso, se ha retrocedido.
La Cumbre puede ser una oportunidad para comenzar a cambiar ese escenario. Pero hay razones para preocuparse.
La falta de transparencia y la conducta manipuladora de la Unión Europea (UE) en la preparación de la Cumbre ponen en serio riesgo el éxito de la reunión.
Se intenta imponer formatos restrictivos, divisivos, que imposibilitan discusiones directas y transparentes, y se pretende ocultar a la prensa y a la opinión pública el contenido de los debates.
Se organizan, de forma unilateral, Foros paralelos a la Cumbre. La parte europea decide por su cuenta, incluso, quiénes serán los representantes de nuestra región en esos eventos.
Tal proceder, además de irrespetuoso, crea las condiciones para que esos Foros se conviertan en escenarios de ataques y singularizaciones contra países miembros de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
La conducta de la Unión Europea pone en riesgo la posibilidad de alcanzar acuerdos finales en la Cumbre.
Nuestra región ha cambiado. La Celac es la voz sólida y unitaria de la América Latina y el Caribe y debe ser respetada.
No tendrán ninguna posibilidad de éxito en Bruselas aquellos que intenten imponer una visión sesgada y europeísta en la relación birregional, pretendiendo ignorar las prioridades e intereses de nuestra región.
Resta poco tiempo, pero aún no es demasiado tarde para evitar un fracaso.
La Cumbre puede y debe ser un espacio de diálogo serio, participativo y plural, que identifique soluciones para enfrentar de manera colectiva, a pesar de nuestras diferencias, los múltiples desafíos globales que nos afectan.
Aspiramos a una Cumbre que permita ampliar la cooperación inclusiva y mutuamente ventajosa en áreas de alta prioridad, como el financiamiento al desarrollo, el enfrentamiento al cambio climático, la seguridad alimentaria, y las energías renovables, entre otras.
Aspiramos a una cita que reafirme el estricto respeto a la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y los postulados de la “Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”.
Cuba irá a la Cumbre de Bruselas con espíritu constructivo y contribuirá en todo lo posible a fortalecer, sobre bases de igualdad y respeto mutuo, el diálogo y la cooperación entre la Celac y la Unión Europea, para beneficio de nuestros pueblos, de ambas regiones y del mundo. (Tomado de ACN)