San Salvador.– No pasa un día aquí sin que un nuevo olor inunde mi alforja mental. Lo incorporo y proceso, más aún los que vienen de la cocina.
Sí, lo confieso soy un amante-aprendiz o aprendiz- amante del arte culinario. También reconozco, no ser muy ducho en la materia, pero en ocasiones y con las respectivas dosis de crítica que recibo por parte de mi esposa, (siempre para mejorar) doy rienda suelta, perdón, creo que exagero, me planto con la mejor de las intenciones frente a la cocina, y con lo que aparezca trato de presentar batalla.
Pues bien, en mi andar laboral-aventurero por esta ciudad he descubierto un buen puñado de platillos. Varios inalcanzables para quienes somos rehén del bolsillo, pero otros muy económicos y dignos de compartir sus sabores con usted.
Quiero hablarle de la pupusa, una especie de tortilla a base de masa de maíz o de arroz rellena con una buena cantidad de ingredientes.
Por su tradición y bajo costo, es una de las comidas más populares en El Salvador. Acá es común encontrar “pupuserías” (puntos de venta de pupusas). Tal es su impacto que se le declaró plato nacional.
¿Con qué se les rellena?, espere, déjeme terminar de almorzarme una, pues es de mala educación conversar con la boca llena.
Allá va: Inicialmente, se repletaban con frijol o queso. Actualmente con jamón, carne de res, pollo, pescado, camarón, chorizo, o salame.
Sin olvidar el toque que le dan la flor del loroco, las hojas de chipilín o hierba mora, las plantas aromáticas salvadoreñas, e incluso el ayote, que es una especie de calabaza.
¿Delicioso verdad???, por favor, disculpe si nota algún error ortográfico, es que trato de chuparme los dedos y escribir sobre el teclado del móvil. Algo que intento con la lentitud y torpeza de un niño pequeño.
¿Continuamos? La pupusa tiene varios ingredientes complementarios, recuerdo ahora la salsa de tomate, el repollo curtido en vinagre con zanahoria, cebolla y la salsa de chile.
También es apreciada por todas las clases sociales. Ir a comer a una pupusería es un acto social en este país.
Quisiera continuar conversando con usted, más el tiempo no alcanza para el montón de experiencias que deseo atrapar.
Toca seguir andando y nada mejor para llenarme de energía que… en buen cubano y para que me entienda “fajarle” a otra pupusa.