Cientos de aviones militares de 24 países se ejercitan en cielos europeos muy cerca de Rusia, desde el 12 y hasta el 23 de junio, bajo el comando de la Fuerza Aérea de Alemania como parte del ejercicio Defensor del Aire 23, organizado por la Organización del Atlántico Norte (Otan).
Cualquier despistado pudiera comentar que es una más de las tantas maniobras de la organización bélica para justificar el multimillonario presupuesto con que cuenta, pero no.
No es un ejercicio más. Ante todo, son las mayores maniobras de la Alianza en toda su historia en el ámbito aéreo, que implicarán a unos 10 mil efectivos, con unos 240 aviones, que no solo pertenecen a los países miembros, sino también a Japón.
Eso sí, el alto mando definió como “un ejercicio de defensa colectiva, en el marco del Artículo 5 del Tratado de la Alianza y será sobre el espacio germano, pero también de los Países Bajos y la República Checa, ¿Defensa de quién?
En 2018 se llevó a cabo una experiencia similar y dejaban claro que se llevaban a cabo por la incorporación de Crimea a Rusia, aunque ahora son más precisos, cuando van más allá y dicen que será un “mensaje a Rusia”.
Es decir, el “enemigo” sigue siendo Rusia, aunque esta nación no ha llevado a cabo ninguna acción que ponga en peligro a los países miembros de la organización bélica, sino todo lo contrario, ya que la amenaza a Rusia está en sus fronteras (en plural) donde la Otan tiene a tropas y sofisticados armamentos.
No es un hecho aislado
La actual maniobra, entonces, no es un hecho aislado, sino se suma a las patrullas aéreas realizadas para apoyar a los países bálticos, la rotación de sus unidades militares en países fronterizos con Rusia y, no hace mucho, los también ejercicios aéreos Arctic Challenge, con Finlandia como anfitriona de 12 países atlantistas, más Suecia y Suiza y un total de 150 aviones participantes.
Por si fuera poco, a eso se le suman las maniobras Saber Guardia-23, en Rumanía con 2 mil 400 estadounidenses y otros 7 mil 300 de 11 países miembros, más Georgia, simulando “recuperar un territorio invadido y ocupado por una potencia extranjera”.
¿Hay que mencionan cuál sería esa potencia?
Habría que agregar que la Alianza se afana por seguir siendo el actor de referencia para la “seguridad europea”, sobre todo porque la Unión Europea sigue sin contar con medios propios, aunque unos y otros, que son los mismos, siguen subordinados al mando radicado en Washington.
Hasta ahora se han respetado las líneas rojas planteada por Moscú en cuanto a que no existan unidades militares regulares de ningún país atlantista desplegadas en territorio ucraniano.
Algunos observadores ven con preocupación la inclinación de las autoridades polacas a dar un paso en cuanto a la posible participación militar de “algún” país a favor de Ucrania.
¿Será Polonia quien incline la balanza?
El ex jefe de la OTAN, Anders Rasmussen, dijo recientemente a la prensa “que algunos países, como Polonia, podrían dar el paso y enviar tropas a Ucrania si no se encuentran garantías de seguridad en la próxima cumbre de Vilna, en julio. ¿Corre la Alianza el riesgo de dejar de hablar con una sola voz? Preguntó.
No es casual tampoco la fecha escogida para esta maniobra que coincidió con la tan anunciada contraofensiva ucraniana que, hasta el momento, no ha logrado sus objetivos.
Un militar estadounidense decía que los rusos se han planteado cinco frentes defensivos, escalonados, y los ucranianos no han sido capaces de superar el primero, dejando sólo cientos de víctimas y ver convertido en chatarra los tanques y otros equipos occidentales.
Para Estados Unidos esta maniobra es suya, ya que la mitad de los aviones les pertenece y están “practicando” su capacidad de cruzar el Atlántico, ya que afirman ser la principal garantía de la seguridad europea, dejando el costo financiero a los gobiernos de esa región.
Al margen de la maniobra, lo que definirá la compleja situación internacional y los peligros que amenazan la paz mundial, será la cordura de los encargados de tomar las decisiones que inclinen la balanza a la solución de los problemas con la diplomacia y no con la guerra. Falta por ver.