Después de 509 años, Sancti Spíritus pervive como una ciudad mística. Espiritualidad ceñida a su nombre bautismal, al gentilicio identificativo de sus habitantes, a las leyendas e historias reales tejidas con el valor de sus hijos y a la impronta de sus construcciones coloniales, inmóviles al paso del tiempo.
Este 4 de junio, se celebra el aniversario fundacional de la cuarta villa. La fecha coincide con la misa de Pentecostés oficiada por el Padre Bartolomé de las Casas en 1514 quien, desde su prédica religiosa, condenó los abusos de los colonizadores contra la población aborigen. Punto de partida para el nacimiento, al centro de Cuba, de una comarca habitada por gente corajuda, esforzada y noble.
En pleno siglo XXI, la ciudad celebró su onomástico a los pies de sus símbolos patrimoniales: la Iglesia Mayor, el Teatro Principal y el puente Yayabo. Se esperó el cumpleaños al ritmo de sus típicas melodías de sus tríos, trovadores, pasacalles…
En la antesala del aniversario 509, la Sesión Solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular, homenajeó la conmemoración con el reconocimiento a personalidades e instituciones con aportes valederos a la ciudad.
Diversas instituciones fueron remozadas con motivo del onomástico de la ciudad del Yayabo. Sobresalen la reparación de planteles educacionales, de las salas de ingreso y las áreas exteriores del Hospital Pediátrico José Martí, de la Fábrica de Tabaco Torcido Pedro Larrea y de la panadería La Reforma, enclavada en la zona sur de la urbe.
Como regalo a la ciudad, se realizaron acciones de mantenimiento y embellecimiento a edificaciones ubicadas dentro del área patrimonial, y en el céntrico boulevard espirituano, fueron develadas esculturas en bronce que perpetúan a tres personajes populares: Serapio, Oscar Fernández Morera y Francisquito.
Bella la ciudad en sus 509 años de fundada,es muy gratificante saber que se están llevando a cabo nuevos proyectos para su embellecimiento y conservación.