Como profesional de la salud pública, el doctor Jorge Luis León Álvarez aspira a que la población con más de 60 años viva con calidad de vida, “y eso significa no tener discapacidad generada por las enfermedades”.
El especialista en Medicina Interna, presidente de la Comisión Nacional de Hipertensión, profesor e investigador auxiliar del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, subrayó que “la hipertensión no solo mata, sino también invalida, ya sea porque genera accidentes cardio o cerebrovasculares, por lo que después el individuo no rinde en su capacidad física e intelectual. Es decir, genera un grupo de complicaciones que conducen a la discapacidad”.
Consciente de que hoy en Cuba la hipertensión constituye un problema en salud, el doctor Jorge Luis consideró de gran importancia actuar para modificar los indicadores existentes.
Actualmente, el 37.3 % de los adultos padecen de hipertensión arterial (140 con 90 y más), y el 23 % de pre-hipertensión (de 120 a 139 y de 80 a 89). “Se trata de personas que tienen factores de riesgo y ya no presentan cifras normales. Por tanto, un 60 % de la población adulta en Cuba es hipertensa o tiene una predisposición muy importante para padecerla”, según arrojó la encuesta nacional de factores de riesgo realizada entre los años 2018-2020.
Agregó que a los efectos de la hipertensión y de las enfermedades no trasmisibles (en particular las cardiovasculares), los riesgos se clasifican en modificables y no modificables, entre estos últimos se encuentran la edad, el sexo y los antecedentes familiares.
“Heredamos de nuestros padres y abuelos no solo la codificación genética, sino también los patrones culturales de comportamiento. Si nuestros hijos son obesos, sedentarios, se alimentan mal y fuman es probable que nosotros también seamos así, pues los patrones de comportamiento se trasmiten. Estos son factores modificables.
“A los efectos de la hipertensión (y de otras dolencias), las dietas inadecuadas, con exceso de sal, carentes de vegetales, frutas, cítricos, pocos granos, ricas en grasas son dañinas, y pueden generar fenómenos de ateroesclerosis.
“Algo muy relacionado con ello son el sobrepeso y la inactividad física. Estos factores juntos con los hábitos tóxicos —fundamentalmente, el tabaquismo y la ingestión de bebidas alcohólicas— son estilos de vida modificables, que están vinculados con el riesgo cardiovascular”.
¿Entonces, la hipertensión está muy relacionada con el riesgo cardiovascular?
“Es el principal factor de riesgo de las enfermedades cerebro-cardiovasculares, además del tabaquismo, la diabetes, los trastornos de las grasas. Estudios realizados confirman que en un quinquenio alrededor de seis mil personas no morirían por el simple hecho de controlar la presión arterial. ¡Imaginemos cuántas muertes podrían evitarse si además lograran controlar el peso corporal, aumentaran la actividad física, abolieran el tabaquismo y disminuyeran el consumo de alcohol!”.
¿Pueden padecer los niños de hipertensión arterial?
“A raíz de la vacunación contra la COVID-19 muchos padres se alarmaron, ya que cuando el personal de salud medía la presión a los pequeños muchos de ellos estaban hipertensos. Según la encuesta antes mencionada, hoy el 50 % de nuestros niños, entre los 6 y los 14 años de edad, padecen de sobrepeso y obesidad.
“Ello es resultado de un aumento de la inactividad física y el sedentarismo. Han estado más expuestos a la televisión, a la computadora y a los juegos electrónicos; lo cual tiene relación con el aumento de las cifras de presión arterial. Es muy probable que ellos lleguen a la adultez siendo hipertensos”.
¿Doctor, qué hacer en momentos en que tenemos tantas limitaciones con la alimentación?
“Lo primero es disminuir la sal. Una parte de la población tiene la costumbre de agregar sal a los alimentos elaborados. Si se eliminara este hábito disminuiría la carga de este condimento que no debe sobrepasar los 5 gramos por día. Otro consejos es tratar de consumir en menor medida los embutidos, donde la sal se utiliza como un preservo, así como emplear con moderación las llamadas pastillitas.
“Consumir frutas, jugos y vegetales, sobre todo verdes. Muchas veces la familia prioriza las proteínas de origen animal, sin embargo no hay que sobrepasarse ya que puede ser dañina para otras enfermedades, como por ejemplo el cáncer de colon. Otra de las medidas es el control de los alimentos azucarados, lo cual presupone una pre-diabetes o una diabetes, padecimientos muy vinculados con la hipertensión.
“También es muy importante respetar los horarios de la comida. Y tratar, tal y como dice un viejo proverbio, de desayunar como un rey, almorzar con un príncipe y comer como un mendigo. Algo que los cubanos hacemos generalmente al revés. Tratar de equiparar la dieta resulta fundamental”.
En este sentido, ¿qué se hace a nivel de nación?
“La máxima dirección del país tiene comprensión de estos aspectos y de la importancia que reviste el control de las enfermedades no trasmisibles, incluida la hipertensión, cuyos factores de riesgo son comunes para las demás.
“Cuando disminuya el tabaquismo mejoraran los indicadores del cáncer y de las enfermedades respiratorias crónicas; con la ingesta de alimentos sanos mejorarán los niveles de personas diabéticas. La hipertensión —por la visión holística del problema— ofrece la oportunidad de trabajar no solo con este tipo de paciente, sino también con los factores de riesgo.
“Teniendo en cuenta que cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, el Ministerio de Salud Pública implementó tres fases para abordar la enfermedad, que transitó desde esta propia fecha del 2022 hasta este día del año en curso
“Fueron creados (a todos los niveles) grupos temporales para el control de las enfermedades no trasmisibles y fortalecidas las comisiones nacionales y provinciales para el seguimiento de la hipertensión.
“A propósito de ello se han realizaron actividades docentes e investigativas y capacitado el personal involucrado. Este trabajo se ha sustentado en la Guía Cubana para el control de la hipertensión arterial (Premio Anual de Salud en el 2018 y cuyo autor principal fuera el propio doctor Jorge Luis); programa tuvo que desplazarse en el tiempo a causa de la pandemia de la COVID-19.
“Por primera vez en nuestro contexto esta guía puso en el centro del problema, en la toma de decisiones —desde el diagnostico, la evaluación, el tratamiento y el seguimiento— al riesgo cardiovascular, así como la atención al paciente con hipertensión arterial”.
combatir la hipertensión arterial conlleva cambios profundos que tienen implicaciones económicas y culturales beneficiosas a corto y largo plazo.
sobrepasa al sector de salud.
tres factores como la alimentación saludable, actividad física apropiada y ajustes en como se afronta el estrés son resultados alcanzables