Cuba replantea entre sus desafíos la producción de alimentos.
Impulsar la tarea del sustento y hacerla sostenible tiene como oportunidad la siembra, pese a que entre esta actividad, la cosecha y la venta hay un largo trecho.
Una debilidad es el decrecimiento de las importaciones que imposibilitan entregar más plaguicidas y fertilizantes, recursos que han llegado a niveles bajos para la protección de solo el 3,5 % y el 19 % de aplicación de los nutrientes, del total del área plantada en el país en los últimos años, según fuentes del Ministerio de la Agricultura.
Más acá en el tiempo la situación no ha cambiado en la potencia agrícola del centro del país. Por ejemplo, la campaña de siembra de frío 2022-2023 cerró en Ciego de Ávila con 642 hectáreas por encima del plan. Sin embargo, una mirada por dentro al panorama agroproductivo demuestra que los resultados no fueron alentadores en todos los cultivos.
Una mala temporada tuvo el tomate con la colocación de las semillas en el 69 % de la superficie planificada. El boniato se comportó al 83 %, los frutales al 89, de ellos la guayaba al 70 y la piña al 87 en el propio reino de esa fruta.
Derivado de tal coyuntura es el desabastecimiento hoy en los mercados agropecuarios estatales (MAE). Por cierto, similar asunto se analizaba recientemente en la asamblea de balance anual del Comité Provincial de la CTC, acerca de los decrecimientos durante el año 2022 en las producciones de papa, hortalizas, frijoles, frutas y otros renglones agropecuarios.
Ahora las esperanzas tienen el color característico de la primavera y despunta con resultados halagüeños la incipiente etapa de siembra que concluirá en agosto con el compromiso de colocar las semillas en 17 mil 187.43 hectáreas (ha).
El ingeniero agrónomo Pedro Díaz González, jefe del Departamento Agrícola de la delegación provincial de la Agricultura, muestra optimismo al expresar “que el fuerte de nosotros son los granos, en lo fundamental el maíz con 4 mil 959 ha a sembrar”.
En relación con el plátano hay semillas para cubrir la demanda, incluso, materializar más de 2 mil ha a plantar en la Empresa Agropecuaria La Cuba, con vistas a cumplir el compromiso de entrega de ese alimento con destino a La Habana.
“También se prevé potenciar la siembra de posturas de guayaba con el propósito de recuperar los volúmenes destinados a la industria y plantar unas 129 ha de piña principalmente de las variedades española roja, perola y champaka, que son más resistentes a las enfermedades.
“En el caso de la yuca el reto es arribar a diciembre con las más de 4 mil ha comprometidas, y de boniato faltan 612 por completar hasta agosto, con el fin de cumplir con el Programa de Autoabastecimiento Municipal”.
A propósito, la provincia superó el pronóstico al cierre del pasado año al lograr 31,9 libras mensuales por habitante de viandas, hortalizas, granos y frutas. Todos los municipios —excepto Morón, con 25,2— sobrecumplieron. En el municipio de Ciro Redondo se reportaban 44,5, el más alto. Aunque la realidad es otra en los MAE.
Trabajadores recorrió esos establecimientos en ambas localidades y observó pocas hortalizas y frutas, ninguna vianda y granos, y sí había diversas ofertas en los puntos de venta del sector privado.
Mientras, eso todo el mundo lo ve; por otro lado no muchos saben que el fondo de tierras ociosas continúa creciendo en Ciego de Ávila con 43 mil 314 ha improductivas, según el informe analizado en el pleno de la CTC.
Se ha planteado en las últimas horas la necesidad de aprovechar las capacidades productivas ociosas, incrementar la oferta de bienes y servicios, controlar la inflación, centrarse en la producción de alimentos y enfrentar las disyuntivas sin desaliento, si no sería imposible vencer los gigantescos desafíos porque hay que trabajar duro para poder comer y vivir.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.