Sencilla y solemne, así fue la ceremonia de condecoración a trabajadores y colectivos destacados efectuada este viernes en salones de protocolo del Laguito, en la capital cubana, ocasión en que el Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez impuso el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba a 11 compañeros con excepcionales méritos laborales.
El acto, estuvo encabezado también por Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro, Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, todos miembros del Buró Político del Comité Central del Partido, y otros dirigentes.
El título de Héroe del Trabajo, recibido entre otros por el novelista, poeta y etnólogo Miguel Barnet y el medico Jorge González, responde a un Decreto Presidencial firmado por Díaz―Canel, también Primer Secretario del Comité Central del Partido.
Asimismo trabajadores y dirigentes sindicales recibieron las Orden Lázaro Peña de Primer y Tercer grado. También cinco entidades fueron condecoradas en la ceremonia.
Las palabras centrales del acto estuvieron a cargo de Isdalys Rodríguez Rodríguez, Segunda Secretaria de la CTC, quien catalogó a los condecorados como “protagonistas de obras casi anónimas, de dedicación, entereza y altruismo, cubanos que desde sus sencillas vidas emergen en grandeza, amor y desprendimiento que exaltan la Patria”.
La dirigente sindical recordó palabras del Líder Histórico Fidel Castro, quien dijo que los que más se destacan en el trabajo tendrán que recibir cada vez más el homenaje y reconocimiento del pueblo.
“Reconocerlos es mérito, dijo, y constituye un deber ineludible de nuestras instituciones y organizaciones”, refirió la también integrante del Comité Central del Partido.
Muchas felicidades a los condecorados. Se impone una reflexión. ¿La CTC, los sindicatos, no han pensado rescatar la tradición de atención a sus ex miembros, jubilados tras años de entrega y sacrificio en una u otra actividad? Hasta hace unos años existía en el MINAZ los homenajes a los cincuentenarios, y no solo los homenajes, significaba tenerlos en cuenta para todo lo que aconteciera en su antigua centro de trabajo, incluso consultar su experiencia en la definición de nuevas tareas y concepción de soluciones a problemáticas de la producción o los servicios. Reitero algo que escribí: Hay que tener en cuenta, atender en toda línea y no dejar desamparados a esos jubilados que dieron todo sin pedir nada, pero hoy es casi humillante solo mencionarlos en una determinada fecha, y que, por una razón u otra, en la que se incluyen nuestras propias carencias humanas, son los más afectados por este compleja y desesperante situación económica que vivimos. Hace unos días, una gran compañera, relataba el hecho, horrendo, denigrante, doloroso, de un jubilado, otrora profesional destacado, que visita su antiguo centro laboral. Al llegar, una in –competente des–recepcionista le impide el paso y hace que el compañero, extremadamente disgustado, se retire, jurando no volver. ¿Quién perdió más? le dejo la respuesta como tarea.