Para Yoenia Sandra Santiesteban Figueredo, diputada al Parlamento cubano por el municipio tunero de Jobabo, las secciones sindicales y la comunidad son una extensión de la familia, un oasis que les proporciona fuerzas a su espíritu emprendedor y a su compromiso social.
“Porque —asegura— encuentro nuevas motivaciones en contacto con los trabajadores de sectores claves que atiendo desde el Secretariado Municipal de la CTC y con mis electores, todos colmados de desafíos y de propuestas que me satisface encauzar y apoyar para su materialización.
“Es un reparador de energías para seguir luchando”, lo afirma y lo argumenta: “En los colectivos laborales prevalece el interés por buscar soluciones alternativas a las carencias; y en mi comunidad existe un alto sentido de compromiso, unidad y deseos de hacer cosas buenas para lograr un barrio mejor. En ese contexto hay nuevos alicientes”.
Yoenia es una persona común, una cubana, como muchas, que vive los avatares de hoy alejada de lamentos y de críticas infértiles. Ella enfrenta con optimismo los retos que la existencia impone, y mira más allá del complejo panorama actual; lucha y se entrega para transformarlo.
Es su manera práctica de “poner mi granito de arena todos los días a la obra grande que la inmensa mayoría de los cubanos se afana en construir y que requiere de la contribución de todos”, y respalda la expresión con su quehacer que busca y logra sumar actores al empeño mayor.
Tiene espacio ideal para desplegar su voluntad creativa en la circunscripción 38, de San Antonio de Jobabo, una zona rural, donde habitan “personas muy amables, cariñosas, comprometidas, solidarias y con gran sentido de pertenencia al lugar donde viven”.
Así caracteriza a los 521 habitantes de la comarca y a los 467 electores que representa, por segundo mandato consecutivo, en la Asamblea Municipal del Poder Popular, y confiesa: “Me gusta trabajar y me siento bien cuando ayudo a resolver los problemas de mi comunidad con la contribución popular y la intervención de los organismos implicados en la solución de las cosas que nos trascienden”.
Siempre busca tiempo y, sin desatender las responsabilidades hogareñas, tiene intercambios espontáneos con vecinos y trabajadores de las principales entidades enclavadas en la comunidad.
Ahí, en ese apartado paraje de la geografía cubana hay tiendas de Cimex y de materiales de la construcción, correo, oficoda, bodega, escuelas de enseñanzas primaria y secundaria básica, combinado deportivo, consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia, fábrica de conserva…, “obras fundadas por la Revolución pensando en el bienestar de todos y al que tienen mucho que aportar”, sostiene.
En retrospectiva
Recuerda que tuvo una infancia feliz, rodeada de bastante amor que cimentó la persona que es y desde niña fue muy activa: “Era la menor de la casa y me consentían mucho; pero, eso sí, era muy estudiosa y disciplinada, participaba en todas las actividades de la escuela, y siempre decía que Fidel era mi otro papá”, y su legado lo honra ahora convencida de que un mundo mejor es posible.
Después de terminar los estudios en el preuniversitario local Batalla de Levisa y pasar un curso emergente, comenzó a trabajar en la escuela primaria Otto Parellada Hechavarría como maestra de computación, y su afán de superación profesional corona hoy su condición de licenciada en Informática y Máster en Ciencias de la Educación.
Epílogo
Yoenia confía en el futuro y lucha por convertirlo en tiempo de prosperidad popular. Nunca se ha sentido frustrada ni agobiada, porque los imposibles han fertilizado su estirpe guerrera y su actitud de seguir luchando.
Después de su elección como diputada al Parlamento, “siento un gran orgullo y un gran compromiso, porque desde ese escaño puedo seguir ayudando a la construcción de la sociedad socialista próspera y sostenible a la que aspiramos”. Así resume su disposición y sus sueños, que son también, los de sus electores desde el apartado paraje de San Antonio de Jobabo.