Desde hace varios años Cuba y Venezuela cooperan intensamente en materia de salud, y en esa relación la industria biofarmacéutica desempeña un papel primordial. Durante los últimos años, la pandemia y la situación económica de ambos países limita ese intercambio. De ahí que consolidar dicha alianza motivó la más reciente visita a esta nación de los principales directivos del Grupo Empresarial BioCubaFarma.
Al respecto, el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de esa institución, precisó que el objetivo fue el intercambio con las principales autoridades bolivarianas de las áreas de la ciencia, de la innovación y de la salud pública para activar proyectos de interés conjunto, relacionados con el suministro de medicamentos novedosos con los que cuenta la Isla. Por ejemplo, el Heberprot-P, que forma parte del Programa del Buen Vivir para el Diabético.
«Existe una marcada voluntad de ambas naciones para continuar con esos vínculos de cooperación, aun cuando no podamos contar con todos los recursos para un amplio desarrollo».
Sin embargo, remarcó, «buscaremos alternativas para hacerlo viable. Estamos hablando de trabajar de conjunto con varias plantas de producción que existen en Venezuela, como Empromed Bio, para reactivar la transferencia de tecnología y la fabricación de medicamentos; así como con otras plantas de productos genéricos y de hemoderivados, que tienen mucha demanda en nuestros países».
Asimismo, expresó que se mantiene el interés en el desarrollo común de estudios clínicos. En ese sentido se refirió a la vacuna contra el cáncer de pulmón, «que está registrada en varias naciones y que pretendemos que se incorpore al tratamiento de los pacientes venezolanos».
Otro medicamento que estuvo en el centro de los debates fue el NeuroEpo, contra el Alzheimer, que ya en Cuba ha presentado resultados alentadores en las fases II y III, dijo.
Martínez Díaz dio a conocer que sostuvieron encuentros con el sector privado en cuanto a la fabricación de una gama de productos farmacéuticos y biotecnológicos.
Vacunas para el futuro
En el futuro se espera que la COVID-19 pase a una fase de endemia. Previendo esa circunstancia, para mantener altos niveles de inmunidad, Cuba y Venezuela pretenden trabajar unidas en la aplicación de vacunas; campo en el que ya se tiene experiencia, pues tanto las vacunas Soberanas como la Abdala se utilizan en la nación sudamericana.
«En Cuba hemos decidido aplicar una dosis de refuerzo en 2023 para las personas que ya han sido inmunizadas. Al respecto, analizamos el interés de Venezuela en seguir ese camino», subrayó el doctor Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas.
Además, tras el éxito en nuestro país en el control de la pandemia –lo que incluye la vacunación pediátrica– estuvimos conversando acerca de la posibilidad de comenzar la inmunización en esas edades, teniendo en cuenta la alta seguridad de nuestras vacunas, demostrada no solo en Cuba, sino en otros países».
El directivo también hizo hincapié en la intención de rescatar otras vacunas cubanas que se utilizan acá y a las que ahora mismo no tienen acceso debido al adverso escenario económico actual que presentan las dos naciones. «Buscamos las fórmulas económicas que permitan que nuestros productos se puedan emplear para el bienestar de la población venezolana».
(Tomado de Granma)