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Cargando...Un muy desagradable incidente enturbió hace unos días el barrio de este comentarista, en un tipo de ilegalidad grave que después conocí ha empezado a ocurrir con determinada frecuencia en algunos barrios.
Una madre con su hijo menor de edad irrumpió con violencia en una casa cuyos moradores no se encuentran en el país, para intentar apropiarse de la vivienda por la fuerza.
La mayor parte del vecindario rechazó enseguida este accionar, que va en contra de las leyes existentes, incluyendo las regulaciones migratorias.
Con la rápida denuncia de la persona que cuidaba el apartamento y los parientes de la propietaria, en menos de 48 horas se activó por el gobierno municipal la comisión que hace frente a este tipo de actuaciones delictivas, y se extrajo a la persona del domicilio usurpado, con el respaldo y colaboración de la población.
Es importante aquí comentar el cuidado, diríamos que hasta la delicadeza, con que se actúa en estos casos, para salvaguardar la salud física y emocional de niñas, niños o adolescentes cuyos padres les enrolan en estas repudiables acciones, así como del resto de los individuos involucrados en tales hechos.
Pero también está la obligación y el clamor popular de preservar el orden y el respeto a la legalidad, lo cual se garantiza con una actuación conjunta de distintas autoridades y representantes de la comunidad. Directivos municipales, trabajadores sociales, oficiales de atención a menores, la Policía, representantes de las organizaciones de masas, el delegado, todo se hace con apego a la ley, y con la mayor profesionalidad y respeto de los derechos de las personas involucradas.
En ningún momento de ese duro proceso se renuncia a razonar, a tratar de persuadir y convencer a quien delinque para que rectifique su conducta infractora.
Por supuesto, son situaciones muy difíciles, porque en la base hay problemas objetivos y sociales estremecedores, acumulativos casi siempre, detrás de ese tipo de conducta al margen de la ley.
No pocas veces, sin embargo, como ocurrió en el caso específico que motiva esta reflexión, quienes así actúan no han acudido ni agotado todas las posibilidades de atención y solución que el Estado brinda para familias en situación de vulnerabilidad social.
Ello suele combinarse además con pésimas influencias de elementos delincuenciales o no integrados laboral y socialmente que estimulan y les aconsejan ese deleznable uso de la fuerza.
Sin dejar de admitir también las demoras e insensibilidades que pueden encontrar en su camino muchas familias que sufren situaciones complicadas, a veces desesperadas, en materia de vivienda, nunca será admisible tampoco que se tolere ni permitan transgresiones de ese tipo contra propiedades particulares o estatales.
Se trata también, somos consciente de ello, de experiencias muy controversiales, donde la perspectiva cambia radicalmente en dependencia del punto de vista en que se mire.
Por eso ante estos fenómenos hay que mantener la sangre fría y el imprescindible equilibrio en los análisis y decisiones. Es preciso entonces saber combinar el humanismo de la Revolución con las exigencias de un estado de Derecho, donde tampoco se puede admitir, bajo ningún concepto, que se fuercen las puertas de la Ley
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Esto es un tema muy sensible y considero que criminalizar a los ocupantes ilegales de viviendas u espacios no es la solución a un problema objetivo que es la falta de viviendas en Cuba. La Constitución de la República de Cuba establece como derecho fundamental que toda personas tenga una vivienda digna y el Estado en los últimos años, más bien hace bastantes años no cumple con su obligación de crear las condiciones para hacer realidad ese derecho. Los altos precios de los materiales de construcción, unido a los precios de venta de las casas, se une los bajos salarios y los planes casi simbólicos de los gobiernos locales para la construcción de viviendas han creado condiciones muy críticas y la realidad dice que estas personas en muchos casos han ido más de dos veces a las autoridades locales en busca de ayuda y la respuesta ha sido tajanto , no hay y no se puede. Entonces caen en un estado de necesidad tal que los obliga a tomar estas determinaciones desafiando a las autoridades para asi crear presión sobre ellos. Solo les digo no se puede perder la ternura en estos casos.
Este problema tiene muchas aristas es hora q el estado y la PNR casi no funciona. En Cuba existen una pila de mujeres que paren por gusto y utilizan los niños como banderas para colarse,robar,alquilan los niños para colas,los prostituyen en San Miguel del Padrón hay cientos de orientales paridas en ese trajín si le dan casa la venden,etc. Pero no hay orden sin orden no hay país. Y como decía mi mamá ANTES DE HABLAR PONGA ORDEN EN SU CASA Y DESPUES HABLE.
Muy buen articulo, le propongo al comentarista toque en tema de los Registro Civil donde u tramite de inscripcion de nacimiento esta durando mas de 4 meses en Alamar. Habana del Este
Por ejemplo en mi barrio la lucha es con los habitantes de la calle que son alcohólicos y tienen los bajos de nuestro edificio con fetidez,basuras y han atacado física y verbalmente a los que de mejor manera le hemos dicho que tienen que salir de allí. Llevamos casi un año en esta situación, se los lleva la policía y luego vuelven. Se dan golpes, tienen sexo en medio de la calle, se desnudan y ya nuestro CDR, delegado no sabemos que otro escenario poder denunciarlo. Entonces los vecinos ya no creen en la gestión popular ni en las autoridades. Esto es en Factor 821
Ciertamenete esta no es la forma de solucionar los problemas, Pero hay que revisar los metodos y estilos de trabajo de la direcciones de vivienda de todas las instancias y hasta del propio MICONS, cuyos funcionarios y directivos,no actuan como deben hacer segun el mandato constitucional y hacen que las ersonas lleguen al desespero,
La insensibilidad, la negligencia, la burocracia es lo que prima en todao los funcionarios y directivos de llamado sistema de la vividenda en nuestro pais.
Hay que ver que tramites realizo esa persona para proteger su integridad fisica y la de sus familiares y que atencion recibio de los encargados de sus solucion, pienso que el desespero la llevo arealizar un acto incorrecto.
Carlos H. Medina Diaz
Es un fenómenos que se ha generalizado en todo el país. Supe hace poco que un edificio en la Habana Vieja también fue invadido por ciudadanos de Regla o Guanabacoa (no recuerdo ahora). Pero los locales estatales no escapan al hecho. Muchas personas han vendido sus moradas, se gastan el dinero y después van por la fuerza a ocupar locales del Estado. Eso es quebrantar la legalidad socialista. Tenemos que imponer orden. Es ahora, porque de lo contrario el futuro nos resulta incierto en este sentido.
Es preciso entonces saber combinar el humanismo de la Revolución con las exigencias de un estado de Derecho, donde tampoco se puede admitir, bajo ningún concepto, que se fuercen las puertas de la Ley.
Acudo a este último párrafo del comentario del periodista Francisco Rodriguez. Sucede que las bondades de nuestra #Revolución han sudo extensas y muchas personas han tergiversado el carácter humanista de la misma. Conozco muchos de esos casos aupados por sentimientos desafiantes, de presión, enarbolando un principio: … la Revolución no deja desamparado a nadie…fin de la cita y ahí está el error, la fuerza genera cólera, ira, irrespeto. No quiero a nadie en la calle, pero hay otras vías, alternativas que no pueden ser la bravuconeria y exponer a menores a desenlaces impredecibles. Felicito al periodista, en tanto, lo ocurrido es solo un botón de muestra e indicativo de cuánto más deben hacer las autoridades locales en favor de esas personas vulnerables, por las causas que sean. pero vulnerables al fin.Dejar el reuniones, un lastre horrible, pulsar el estado socioeconomico de miles de familias cubanas. Desatar iniciativas, como decía Marti. …el gobierno debe ir a los males del pueblo…
Gracias.