Por: Alina Perera Robbio
«Muchas gracias a todos ustedes por el aporte que le han hecho al país en estos tres años». Así dijo a los expertos y científicos cubanos —reunidos en la tarde de este martes para temas de salud— el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Desde el Palacio de la Revolución —que como reflexionó el Jefe de Estado también se ha convertido en Palacio de las Ciencias—, tuvo lugar su expresión de sentida gratitud ante quienes, sin que nadie pueda dudarlo, salvaron a un país entero: «Es muy significativo, enunció el mandatario, que estemos hoy conmemorando tres años de los encuentros».
Son tres años, resaltó, «que han sido años duros de trabajo por el enfrentamiento a la COVID-19, en medio de toda la situación que ha vivido el país, pero que no los estamos recordando por lo malo: los estamos recordando por lo bueno; o sea, que en tres años difíciles fuimos capaces de crecernos, de crecernos incluso científicamente, con innovación, y con innovación entonces poder exhibir los resultados que hoy tenemos».
El dignatario enfatizó que tales logros son de las cosas que nos alientan a seguir por el camino de la «resistencia creativa». E hizo un recuento de tres años en que «iniciamos el enfrentamiento a la COVID-19 acudiendo a la ciencia; y después, por los propios resultados, eso lo hemos ido extendiendo a otros ámbitos de actividades económicas y sociales en el país».
De tal modo, enfatizó Díaz-Canel, «se le da continuidad a toda la visión del Comandante en Jefe» en cuanto al papel que la ciencia debe jugar en nuestra Revolución: «Y creo —enunció— que no ha decrecido la participación de la ciencia sino que estamos continuando y ampliando la participación de la ciencia».
En alusión a esa suerte de vórtice del saber en que se ha convertido el Palacio de la Revolución, el dignatario destacó que «aquí casi todos los días, en todo lo que se evalúa, hay expertos, científicos, académicos por todo lo que se ha ido extendiendo la participación de las entidades de ciencia, tecnología e innovación, y el sector del conocimiento, a la solución y al análisis de las problemáticas que tenemos».
El encuentro contó con la presencia, también desde la presidencia, de la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, quien quiso transmitir a los expertos y científicos la admiración que ellos despiertan en otras latitudes. En tal sentido compartió experiencias vividas recientemente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua (2023), que sesionó en Nueva York: habló del reconocimiento que muchos hacen de Cuba y del modo en que la Isla ha enfrentado la situación de la COVID-19.
Representantes de varias naciones, contó la viceprimera ministra, se acercaban a la delegación de la Mayor de las Antillas para «felicitar a Cuba por la forma en que conduce el tema de la pandemia», por cómo trabajan sus científicos y médicos. Muchos se preguntan —comentó Inés María Chapman— cómo el país caribeño ha podido enfrentar al virus en medio del bloqueo y de toda la agresividad imperial que la nación padece. Muchos cubanos solidarios no daban crédito, durante intercambios en el país norteño, a cómo el enemigo negó a Cuba el oxígeno medicinal o el acceso a los ventiladores pulmonares. Muchos, heridos en su humanidad, lloraban.
La Doctora Ileana Morales Suárez, Directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), evocó el comienzo de una saga llena de hitos, esa que puso a salvo a millones de personas de todas las edades, y gracias a la cual hoy los pronósticos en cuanto a la COVID-19 «se mantienen muy alentadores» —según dijo en la reunión el Doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz—. La experta recordó que el dos de abril del 2020 tuvo lugar el primer encuentro de la dirección del país con el Grupo de Ciencia creado para luchar contra el coronavirus.
No pasó por alto de que el 14 de abril de 2020 se hizo la primera reunión con expertos clínicos, y que a partir de finales de mayo del mismo año se unificaron los dos tipos de encuentros. Hasta el presente, afirmó, se han realizado más de 150 reuniones, donde han sido presentados unos 400 temas.
Ahí están los frutos: nació un modelo cubano de enfrentamiento a la COVID-19; Cuba logró la inmunidad de su gente —como reflexionó Díaz-Canel en el encuentro— a golpe de vacunación; emergió la inteligencia colectiva; cientos de miles de cubanos intervinieron en la estrategia de vacunación; unas 400 dosis fueron administradas por cada 100 habitantes; y todo eso, como comentó la doctora Ileana Morales, pasará a la historia de los éxitos de la ciencia.
Los expertos y científicos hablaron en el encuentro de la integralidad con que fue asumida la pandemia; de la seguridad que distingue a las vacunas cubanas contra la COVID-19; de seguir trabajando por mantener el estado de inmunidad de la población; y de enseñar en nuestras escuelas qué han significado las vacunas en la historia de la humanidad.
Como la comunidad científica cubana no se conforma, Ileana Morales habló sobre ideas que conforman la Estrategia de vacunación nacida a punto de partida de análisis realizados en el Comité de Innovación del Minsap, en marzo de este año: Se sugiere aprobar una tercera dosis de refuerzo a la población incluida entre los 19 y los 69 años, de forma escalonada y a partir de este mes de abril (una vez que se cumpla el período establecido para la aplicación del segundo refuerzo); y se prevé determinar la periodicidad anual de vacunación anti-COVID-19, para que se incluya en el Programa Nacional de Inmunización de Cuba.
Como las historias por la vida se cruzan y entrelazan, la Doctora en Ciencias, Sonia Resik Aguirre, prestigiosa viróloga del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), tuvo a su cargo compartir en la reunión detalles sobre los aportes de Cuba al Programa Mundial de erradicación de la Poliomielitis.
Al recordar hitos de la vacunación anti-poliomielitis en Cuba, Resik hizo alusión a una Estrategia única de administración en campañas de Vacuna Oral de Polio desde 1962; a que los últimos casos de Poliomielitis fueron registrados en la Isla en mayo de 1962; así como a la certificación de Cuba, por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), como país con la Poliomielitis erradicada en 1994.
En un encuentro donde el Presidente Díaz-Canel y científicos como Vicente Vélez Bencomo —director del Instituto Finlay de Vacunas— recordaron historias de niños que sufrieron el impacto de una enfermedad que puede ser paralizante y que todavía golpea en otras latitudes, fue motivo de orgullo escuchar una idea traída a colación por la doctora Sonia Resik, y que consta en los espacios de las publicaciones de rigor:
«Los resultados científicos de las investigaciones realizadas en Cuba sirvieron de base a la OMS (Organización Mundial de la Salud) para la toma de decisiones de política global en polio y han hecho posible el avance de nuevas estrategias innovadoras, especialmente para la etapa final de la erradicación de la poliomielitis y para el desarrollo de nuevas políticas de inmunización».