Los beneficios del plan de remodelación y mejoras contínuas del producto turístico de Gran Caribe en Varadero favorecen al Club Kawama, el hotel más longevo del principal balneario cubano de sol y playa, cuyos inicios se remontan a la década del 30.
La nonagenaria instalación luce rejuvenecida en áreas como la recepción, el lobby y el lobby bar, estos últimos a tono con tendencias modernas, destacó Ismary Hernández Pérez, directora de la representación de Gran Caribe en Varadero.
Resaltó la extensión de la terraza, que “facilita dar un servicio personalizado y complacer mucho a los clientes, sobre todo los repitentes, que se alegran de estas y otras transformaciones como las de varias habitaciones, muchas de ellas con excelente vista al mar”.
Hernández se refirió a la diversidad de alojamientos de Gran Caribe, cada uno con su encanto propio, en condiciones de satisfacer gustos, en dependencia de lo que busquen los visitantes.
Prueba de la aceptación histórica de Club Kawama son los altos porcentajes de repitencia, viajeros que deciden regresar luego de quedar satisfechos con un hotel escogido para vacacionar por muchos mercados, entre ellos el canadiense.
Entre los hechos más distintivos vinculados a este hospedaje figura la visita que en junio de 1960 realizara el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, acompañado del novelista francés Jean Paul Sartre, ocasión en la cual comprobó que los trabajadores de dicha instalación no recibían salario desde el mes de febrero.
Cuatro meses después, exactamente el 7 de octubre, el hotel fue nacionalizado y a partir de este momento se realizan obras de construcción que cambian los techos de guano por tejas y otros de placa.
Con seis mil 56 habitaciones, otros atributos bordan la preeminencia de Gran Caribe en Varadero, un producto exclusivo de Sol y Playa que lo intenta todo por trascender en un medio donde también operan Gaviota, Cubanacán e Islazul.