Casas nuevas, cómodas y bonitas… pero sin inquilinos

Casas nuevas, cómodas y bonitas… pero sin inquilinos

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Confieso mi grata impresión por la belleza y calidad de las ocho viviendas ya concluidas para familias perjudicadas por el fatal accidente del 6 de mayo último en el hotel habanero Saratoga.

 

Los constructores fueron los mismos que rehabilitaron la escuela Concepción Arenal. Foto: Isabel Aguilera

 

A causa de la explosión en el emblemático centro se dañaron los edificios de Prado 609, Prado 617, Zulueta 512, Zulueta 508 y algunos inmuebles colindantes, con la lógica afectación a los ciudadanos que los ocupaban, una parte de los cuales fueron alojados en el aparthotel Las Brisas, del complejo hotelero Villa Panamericana, y en casas de familiares y amigos.

Enclavadas en las calles Vives y Carmen, en La Habana Vieja, a pocas cuadras del muy céntrico mercado Cuatro Caminos, en un lugar en el que antes había un parqueo, las viviendas fueron edificadas con el sistema Forsa. “La zona es cenagosa, por lo que a todo el terreno le inyectamos hormigón y se decidió que fueran biplantas, o sea, no muy altas.

“Estas construcciones son para familias que vivían en Zulueta 512, una edificación prevista para ser demolida, acción que aceleró el accidente”, agrega el ingeniero Lorenzo Castro Marcelo, director de la unidad empresarial de base (UEB) 6, perteneciente a la Ecoa 53, y los constructores, unos 40, laboraron en el sitio desde que se inició el movimiento de tierra.

Sin duda, el tremendo impacto en la población del accidente, y en toda Cuba, incidió para elevar la sensibilidad de los constructores y de cada uno de los implicados en esta obra, cuyos costos se elevaron por varios millones de pesos, aseguró Castro Marcelo.

“Mire usted, dice, esta de cuatro cuartos tiene una superficie de 116 metros cuadrados; las seis, de tres cuartos, tienen 87 metros cuadrados y la de dos 70 metros. Son grandes, cómodas. Incluso hicimos una cisterna amplia, con dos motores nuevos. También sustituimos el viejo drenaje para las aguas albañales de las edificaciones contiguas”.

Los constructores de la citada UEB fueron los mismos que lograron la reparación total de la escuela primaria Concepción Arenal, justo al frente del Saratoga, bastante afectada por el siniestro.
Otras brigadas, otras obras

Bárbaro Abrahan Goicochea, especialista de Construcción de la UEB, nos explica que aún se mantienen unos pocos constructores en la obra en labores menores, ya que las viviendas están casi totalmente concluidas.

Conocimos asimismo que una empresa del gobierno en la capital también edifica viviendas para los afectados. Por ejemplo, en las calles Vives y Suárez se construyen 20 viviendas con igual fin, mientras que las del edificio de Prado, justo al lado del Saratoga, se encarga la Oficina del Historiador de la Ciudad. Buen trabajo de los constructores.

“Aquí ya todo está listo, solo resta la llamada tapia trasera y el muro del frente; tenemos previsto reparar además algunas de las edificaciones colindantes. No sabemos cuándo se mudarán para acá las familias, cada una ya conoce cuál es su casa”.

¿Por qué aún no se han mudado?, pregunté, pero mi interlocutor no tenía la respuesta. Sin duda, llama la atención, y mucho, que no ocuparan sus nuevas y muy confortables moradas, dada la envergadura de la conmoción provocada por la explosión y las necesidades de vivienda que tiene nuestra sociedad. La pasada semana a más de 45 días de concluidas, las familias se mantenían, con todas las ventajas que ello implica, en el aparthotel de la Villa Panamericana.

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