Nassau.— Bahamas y Cuba tienen muchas similitudes. Somos un archipiélago, contamos con playas hermosas y el turismo es renglón vital en las economías. Sin embargo, desde el 14 de enero del año 2022 una brigada Henry Reeve de enfermeras del Contingente va entronizando una relación más cercana entre los dos pueblos, a partir de las vidas salvadas dentro de la COVID-19 y el calor humano en la atención a los pacientes, tanto en el hospital como en las comunidades.
El contexto de hace un año era bien complicado, con una pandemia que desbordaba las posibilidades sanitarias del país, de ahí que al arribar estos 50 profesionales de batas blancas desde Cuba, solicitado por el Ministerio de Salud y Bienestar Social, rápidamente fueron ubicados en los puntos más difíciles, tras recibir una preparación integral de dos semanas, tal y como establecen los protocolos de registros de enfermeras en esa nación.
El grupo mayor comenzó la atención a personas positivas de COVID-19 en tres grandes carpas creadas al efecto. Otros se incorporaron a la terapia intensiva del Hospital Princesa Margarita, donde también se cubrieron las necesidades en las salas de medicina y el cuerpo de urgencias. Desde la historia de dos de ellos, Glenda González Cuesta y Felipe Archibald Mustelier, hay muchas vivencias que contar.
El calor humano del cubano
La cienfueguera Glenda tenía experiencias en Jamaica y Catar. Aquí actúa como coordinadora de la brigada de enfermería, que de los 50 integrantes iniciales quedaron 36 en el mes de julio por una lógica disminución de los casos de COVID-19 y el reajuste de las labores asistenciales. “La particularidad respecto a las anteriores misiones está dada por la forma en que los pacientes nos han aceptado. Son gente amistosa, te hablan incluso en español y tienen un gran amor por Cuba”.
Le pido que recuerde alguna huella en casi 12 meses y saca una que la marcó. “Tuve durante 4 o 5 meses ingresada en la sala a una mujer de unos 80 años, que fue a Cuba para operarse de una obstrucción en una arteria del corazón, pero finalmente no pudo hacerlo por razones familiares. Pero esa señora cuando llegaban a visitarla en lugar de llamar a los médicos bahameses nos llamaba por teléfono a los enfermeros cubanos para presentarles a sus familiares, quiénes eran los que la cuidaban y estaban salvándola”.
Por su parte el camagüeyano Felipe, de 57 años, y en su cuarta misión (antes estuvo en Catar, Azerbaiyán y Trinidad y Tobago), fue uno de los primeros que entraron a las carpas, donde apreció el doloroso impacto de la muerte, aunque destaca otras enfermedades muy frecuentes que complicaron la atención como la diabetes y la hipertensión, así como problemas renales, altos niveles de alcoholismo y consumo de marihuana.
Pero este experimentado enfermero tiene un arma secreta en su labor: la música. Toca violín, y aunque no lo trajo, una gerente nocturna del hotel donde vive la brigada desde hace 12 meses le regaló uno nuevo y ameniza así las actividades y algún que otro cumpleaños. Precisamente la vivencia que nos contó está relacionada con las melodías.
“Tuve un paciente de 79 años en la sala que llegó muy grave, incluso con cifras de tensión muy altas. Lo salvamos y estuvo un mes ingresado. El día que le dan el alta me pidió cantar a dúo La Guantanamera. Le hice la voz segunda y todos quedaron impresionados de lo bien que cantaba el señor, que había estado en Cuba cinco veces y hablaba cuatro idiomas. Fue un momento que no olvidaré”, narra emocionado, al tiempo que no deja de lamentar su ausencia en la graduación de su hija, también violinista, en el Instituto Superior de Arte.
Mucha unidad y nuevas perspectivas
La doctora Danixia Novoa Sotomayor es la jefa-coordinadora de la brigada médica en Las Bahamas, compuesta además de los 36 enfermeros, por seis farmacéuticos, cuatro electromédicos y una doctora. “Somos todos una familia y es de destacar el cariño especial e incondicional hacia los profesionales cubanos y hacia la Revolución del ministro de Salud y Bienestar, Maykel Darving”.
Más allá de las cifras de consultas e impacto real en los niveles de salud, Danixia prefiere resaltar la entrega, el compromiso y satisfacción que se aprecian. “Ellos irán de vacaciones este 2023, pero regresan porque así lo han solicitado las autoridades. No quiero terminar sin hablar de seis colaboradores que estuvieron aquí seis años, desde el 2016 hasta el 2022, tres de ellos sin ir a Cuba por la pandemia. Esa fue la génesis de tantas batas blancas hoy en Bahamas”.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.