Un documento desclasificado del Departamento de Estado, circulado hoy, reconoce que agencias de inteligencia de Estados Unidos conocían que el terrorista de origen cubano Orlando Bosch planeaba atentar contra un avión de Cubana de Aviación.
El escrito, clasificado de altamente confidencial y emitido el 22 de junio de 1976, consigna como asunto “posibles planes de extremistas exiliados cubanos para poner dos bombas en la aerolínea cubana”.
Reconoce como líder a Orlando Bosch (1926-2011), que en ese momento residía en República Dominicana, y remarca sus intenciones de atentar originalmente contra una aeronave que cubría la ruta Panamá–Habana.
Según aparece en el texto, tanto la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Marina de Estados Unidos como la Agencia Federal de Investigación (FBI) recibieron notificaciones de este memorando.
Sin embargo, ninguna de estas autoridades a sabiendas de los planes terroristas evitó el atentado que en octubre de ese año cercenó la vida de tantos jóvenes cubanos, guyaneses y coreanos.
El 6 de octubre de 1976, el vuelo 455 de Cubana de Aviación, que se dirigía desde Barbados con destino a La Habana, fue destruido en pleno vuelo con un saldo de 73 fallecidos, acción orquestada por Bosch junto al connotado terroristas Luis Posada Carriles (1928-2018), al servicio de la CIA.
Casi 40 años después del suceso, en 2015, quedó al descubierto la complicidad de Estados Unidos en dicha acción terrorista cuando se desclasificaron documentos donde el entonces secretario Henry Kissinger mostraba su preocupación por los vínculos entre la CIA y los grupos extremistas de emigrados cubanos en el sur de Florida.
Según el memorándum, esa agencia tenía vínculos con tres de las personas implicadas en el ataque, “pero cualquier papel que estas personas pudieran haber tenido en la demolición se llevó a cabo sin el conocimiento de la CIA”.
El documento precisa que esa agencia sólo había tenido contacto con Posada, Bosch y Félix Martínez Suárez.
Martínez Suárez no estuvo involucrado en el atentado, según el informe.
Cuba ha denunciado en múltiples ocasiones la participación de Estados Unidos en el derribo del vuelo de Cubana, identificando como agentes de la CIA a los dos venezolanos, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, quienes colocaron las bombas en el interior de la aeronave, por orden de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch.
El nuevo documento descalificado ahora demuestra que las agencias norteamericanas conocían los planes desde mucho antes y sin embargo, no llevaron a cabo ninguna acción preventiva.
(Tomado de Prensa Latina)