Discurso pronunciado por Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado de la República de Cuba, en el Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia, el 30 de noviembre de 2022, “Año 64 de la Revolución”.
Excelentísima Señora Valentina Matvienko, Presidenta del Consejo de la Federación
Distinguidos miembros del Consejo de la Federación:
Agradezco la especial distinción que hacen a mi pueblo al concederme el privilegio de dirigirme a ustedes, lo que me permite trasladarles, con gran satisfacción, un afectuoso saludo en su nombre y en el de los diputados que lo representamos.
Aprovecho esta singular ocasión, para reiterar mi gratitud por el alto honor que me fue conferido al imponerme la Orden de la Amistad, que a propuesta de este Consejo, otorga el Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin.
Durante más de seis décadas de relaciones bilaterales se ha mantenido la voluntad política de ambos pueblos, Parlamentos y Gobiernos por acrecentar los vínculos de amistad y cooperación sobre la base de los principios de igualdad, respeto y apoyo mutuos, tanto en lo bilateral, como en los complejos temas de la agenda internacional.
Las relaciones entre nuestros Parlamentos son referentes de los esfuerzos mancomunados por mantener y consolidar los excelentes vínculos existentes en todas las esferas de interés mutuo.
Quiero significar y agradecer de todo corazón el extraordinario aporte del Gobierno y del Consejo de la Federación, encabezado por su Presidenta, a la restauración del Capitolio cubano, emblemático edificio donde radica, actualmente, la sede de nuestra Asamblea Nacional.
Estimados colegas:
Para la inmensa mayoría de los países del mundo el escenario económico es bien complejo, como resultado del impacto y consecuencias de la pandemia, los efectos negativos del cambio climático, incluyendo sequías extremas y huracanes de gran intensidad, así como la actual crisis global que ha implicado el incremento de los precios de los alimentos, de los combustibles y grandes dificultades en la logística del comercio internacional.
Para Cuba, la situación es mucho más grave; ya que a todo ello se suma el recrudecimiento sin precedentes del bloqueo económico, comercial y financiero que nos impone el gobierno de los Estados Unidos.
¿Qué buscan con el bloqueo, con la guerra económica contra Cuba desde el Triunfo de la Revolución?
La definición más exacta de los objetivos reales de esta criminal política, fue enunciada en el Memorando del Subsecretario de Estado, Lester Mallory, del 6 de abril de 1960, donde se plantea que, y cito:
«La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (…) el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales (…) debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno». Fin de la cita
Con ese propósito aprobaron en 1992 la Ley Torricelli, y luego la Ley Helms-Burton y otras medidas, pero no quebrantaron, ni doblegarán al pueblo cubano.
El recrudecimiento del bloqueo en los últimos 5 años no tiene precedentes. Ha sido doblemente cruel por aplicarse en medio de la COVID 19, lo que ha incrementado de manera sensible sus efectos nocivos.
Cuba ha debido enfrentar, adicionalmente, 243 nuevas medidas coercitivas impuestas durante el Gobierno de Trump, 55 de ellas durante la pandemia, tratando de utilizarla para provocar la desestabilización y atentar contra el orden constitucional del país.
Persiguen obsesivamente el propósito de cerrar todas las fuentes de ingreso a la nación, para hacer colapsar la economía y el sustento de los cubanos.
Tuvieron el cinismo de incluir a Cuba en la lista unilateral e ilegal de supuestos países patrocinadores del terrorismo, que elabora el Departamento de Estado y que debería encabezar Estados Unidos, lo que perjudica y restringe nuestras relaciones internacionales en el sector bancario. Más de 100 bancos en el mundo han suspendido sus operaciones con nuestro país.
Penalizan o amenazan directamente a quienes han invertido en Cuba y a los potenciales inversionistas, así como a aquellos que comercian o prestan servicios comerciales.
A pesar de sus promesas de campaña, el Gobierno del Presidente Biden ha mantenido en términos generales esta política de máxima presión.
Muchos otros ejemplos de este acoso permanente pudiera mencionar, pero ustedes son políticos informados y lo conocen. Puedo resumir con los siguientes datos:
Los daños del bloqueo genocida, acumulados durante más de 60 años, a precios corrientes ascienden a 147 mil 853,3 millones de dólares, lo cual teniendo en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro, se remonta a un billón 391,111 millones, es decir, más de un millón de millones. Ello equivale a 12 millones de dólares diarios y 365 millones de dólares mensuales.
¿Cuánto hubiéramos podido hacer con esos recursos?
No cabe duda de que el bloqueo es la causa principal de la situación económica que atraviesa el país; el mayor obstáculo a nuestro desarrollo, el motivo esencial de las angustias y sufrimientos de nuestro pueblo, la mayor violación de sus derechos humanos.
Se empeñan en destruir el ejemplo de Cuba, que demuestra que una sociedad mejor, que un sistema socialista de justicia social, es posible.
En estos tiempos, tan duros y difíciles hemos tenido que enfrentar tres situaciones adicionales: la explosión que destruyó el hotel Saratoga en La Habana, el terrible incendio de la base de supertanqueros de Matanzas y el paso del huracán IAN que ocasionó graves pérdidas en el occidente del país.
A todo ello se contrapone la resistencia creativa de nuestro pueblo, junto al apoyo y la solidaridad de nuestros amigos en el mundo.
Quiero aprovechar la ocasión para agradecer a la Cámara Alta de la Asamblea Federal de Rusia el llamamiento sistemático al levantamiento del bloqueo que desde el 2016 se aprueba anualmente, de manera unánime.
Deseo expresar también nuestra infinita gratitud por los donativos recibidos de la Federación de Rusia ante las terribles contingencias que hemos enfrentado, lo que valoramos altamente.
En medio de este complejo escenario, Cuba instrumenta la actualización de su economía en línea con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030.
Entre otras medidas se concretaron las reformas del sistema monetario-cambiario y salarial y se aprobó la creación de nuevos actores económicos no estatales que impulsarán la economía, de conjunto con el sector estatal
Nos encontramos también en medio de un proceso de actualización del ordenamiento jurídico, en correspondencia con la Constitución de la República aprobada en 2019. Prevemos cerrar el año 2022, último de la actual legislatura, con la aprobación de 30 leyes y 65 decretos-leyes.
En este contexto, el reforzamiento de las relaciones económicas, comerciales, financieras y de cooperación con la Federación de Rusia es vital para nuestro país.
El impulso de procesos importantes en el ámbito financiero y energético, así como en el sector agroalimentario es de trascendental relevancia. Para ello agradecemos poder contar con el apoyo de ustedes.
Consideramos imprescindible la participación activa de las empresas rusas en proyectos de inversión en Cuba, a partir de las enormes posibilidades que brindan la Ley 118 para la Inversión Extranjera y la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
En ese sentido, alentamos a las regiones de la Federación que ustedes aquí representan a tomar parte activa y efectiva en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de nuestro país hasta el año 2030.
Ya han existido experiencias provechosas en Tatarstán, Bashkortostán, Nizhni, Novgorod y San Petersburgo, que deben retomarse y podrían servir de referentes para el futuro.
Estimados amigos:
En nombre del pueblo cubano, agradezco las gestiones del Gobierno ruso, para la concreción de la obra del escultor Alexéi Chebanenko, dedicada al Líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
He tenido el privilegio y la satisfacción de disfrutar de la hospitalidad de ustedes varias veces, la última en el 2016, pero siempre que vuelvo recuerdo las palabras del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en el acto celebrado en el Estadio Lenin de Moscú, el 23 de mayo de 1963, y cito:
«Lo que este país es, lo que su pueblo ha realizado, sus hazañas, su heroísmo, su historia, no pueden conocerse a través de libros, documentos, películas, fotos, narraciones, informes. Es necesario verlo y sentirlo de cerca». Fin de la cita
Sirva este monumento para recordar la indiscutible contribución de la histórica figura de Fidel al fortalecimiento de las relaciones entre Cuba y Rusia.
Distinguidos senadores:
Cuba advirtió y denunció tempranamente que el conflicto en Ucrania pudo evitarse si Estados Unidos y la OTAN no hubieran empujado a la OTAN a las fronteras de la Federación de Rusia, y si no imperara en esa alianza una doctrina militar crecientemente ofensiva, que ignoró por décadas las repetidas preocupaciones y fundados reclamos de garantías de seguridad por parte de Rusia.
Quiero expresar también nuestro enérgico rechazo a las sanciones unilaterales que han impuesto a la Federación de Rusia los gobiernos de Occidente, en general, y el particular, los Estados Unidos.
Ratifico, además, que Cuba aboga por una solución negociada al conflicto, que tome en cuenta los intereses de todas las partes, incluida la Federación Rusa.
Estimados amigos:
Nos unen varias décadas de amistad ininterrumpida. Para mi pueblo Rusia tiene un significado muy especial desde los tiempos de la Revolución de Octubre.
Y después en los duros años de la II Guerra Mundial, cuando junto a los otros pueblos que integraron la Unión Soviética, constituyó fuerza determinante y decisiva para poner fin al fascismo.
¡Homenaje eterno a los héroes y mártires de aquella encarnizada contienda!
No puede olvidarse o tergiversarse lo ocurrido. La humanidad tendrá que estar eternamente agradecida al pueblo que ofrendó la vida de 27 millones de sus hijos para aniquilar el fascismo y evitar que se apoderara del mundo.
Nuestros lazos se ampliaron, fortalecieron e hicieron entrañables en los años que han seguido al triunfo de la Revolución y hasta nuestros días.
Sentimos hacia el pueblo ruso gran simpatía y cariño, una verdadera hermandad. Tanto a mí como a mi delegación nos emociona visitar Rusia y expresarles una vez más nuestra confianza y amistad.
Reiteramos la importancia de continuar reforzando el intercambio entre nuestros órganos legislativos, y la disposición a realizar la primera reunión bilateral interparlamentaria en el momento que las respectivas agendas lo permitan.
De Fidel aprendimos a perseguir los sueños que por difíciles que parezcan son alcanzables, si como dijera nuestro presidente Miguel Díaz-Canel nos armamos de compromiso, perseverancia y dedicación en función de la sagrada justicia social, la independencia y la soberanía.
Bajo esa convicción, traslado al pueblo de Rusia nuestro agradecimiento por ayudarnos a pintar de esperanza el horizonte promisorio de nuestro país y el convencimiento de que siempre podrá contar con la amistad de Cuba.
Muchas gracias.