Luego de muchos años como delegada y presidenta del Consejo Popular América Latina en el municipio cabecera de Camagüey, Caridad March Ramos asume, por primera vez, la función de vocal en una mesa electoral.
En el colegio número dos de la circunscripción 55, Caridad revisa la lista, guía a los votantes y apoya el proceso. Pues, como dice, «mientras pueda apoyaré en todo lo que sea. Este es mi deber».
Para ella los años como delegada fueron muy especiales. Toque trabajar mucho, pero era necesario.
«Ser delegada, cuenta, y a la vez presidenta de un consejo, es algo duro, pero muy bonito. Uno se convierte en una persona de pueblo y en una vía muy importante para encaminar la resolución de los problemas del pueblo.
«Yo comencé en 1996 y fui la única mujer que estuvo al frente de dos Consejos Populares, primero del Centro y luego, cuando dividieron este porque era muy grande, pasé a ser de América Latina.
«A los nuevos yo les cuento lo difícil de esta tarea, porque el delegado no tiene tiempo para almorzar ni para comer, e incluso yo tenía que apoyarme en una vecina para que me cuidara a mi hijo.
«Pero también les hablo de todo lo que puedes lograr. De la unidad que gestas en la comunidad. En mi tiempo pudimos acercar servicios al barrio, sobre todo porque tenemos muchas personas mayores.
«Es verdad que ya no podemos dar cemento, arena, sin embargo somos importantes para solucionar cualquier situación. Es complicado, pero bonito y muy necesario».