En muy pocas palabras se resume el quehacer del Consejo Electoral Municipal (CEM) de Boyeros: entrega y sentido de pertenencia. No puede ser de otra manera cuando solo vale la tarea cumplida, más allá de las horas dedicadas a una u otra labor.
Y si a eso se le suma el liderazgo profesional de Irma Barrera Eriza —quien tiene 80 años de edad, con una lucidez y fuerza increíbles—, entonces no caben dudas de que en este territorio de la geografía habanera no hay cabida para los imposibles.
Una vasta experiencia en el trabajo del Poder Popular, primero como delegada, luego presidenta de la demarcación del Consejo Popular Altahabana-Capdevila, vicepresidenta de la Asamblea Municipal y funcionaria del Parlamento cubano en otra etapa, le permiten a esta mujer (una autoridad en la localidad) dirigir un proceso eleccionario con resultados, en medio de circunstancias socioeconómicas complejas.
De esta forma, en Boyeros las asambleas de nominación planificadas se cumplieron tempranamente. Irma recordó que una noche hubo que suspender 19 por falta de fluido eléctrico. Las características de algunos de sus Consejos Populares (apartados y en zonas medio rurales), como el Wajay, por ejemplo, impedían su realización por tal motivo.
“Pensé que nos íbamos a volver locos, pero vencimos la encomienda al costo de que muchas veces nos íbamos del Consejo después de la una de la madrugada, esperando los partes y precisando los datos personales de los propuestos, quienes después de la reunión se presentaban en las oficinas del carné de identidad para ser fotografiados”, subrayó Irma.
Dificultades como estas no amilanaron a la dirección de este Consejo Electoral, así como a los 14 vocales que representan los siete Consejos Populares de Boyeros. De esta forma, inmediatamente que concluyeron las reuniones barriales —“la tarea más difícil de este proceso”, según consideró Irma— todas las fuerzas se pusieron en función de cotejar las biografías (en lo cual han colaborado educadores del territorio) y conciliar los listados de los electores que se utilizan en las mesas el día de la votación.
En este quehacer un apoyo clave ha sido el de la secretaria del CEM, María de los Ángeles Mendoza, quien al igual que Irma tiene formación de docente y también sabiduría en estas lides electorales. “Nosotras nos hemos entendido desde el primer momento, hay mucho respeto profesional y nos apoyamos; debe ser así para que todo salga bien.
“La labor ha sido ardua —afirmó María de los Ángeles— pero se han cumplido los cronogramas establecidos, al margen de que este año desarrollamos también varios procesos, tales como la Consulta Popular y el referendo del Código de las Familias. Sin embargo, todo eso tiene ventajas desde el punto de vista de la preparación, pues de los elementos generales luego abordamos los específicos, y solo actualizamos los planes y las estrategias”.
Comentó que en esta ocasión —a partir de estudios realizados— se incrementaron en 14 el número de circunscripciones (para un total de 109, de ellas dos especiales, una de las FAR y otra del Minint), lo cual implica un nivel de aseguramiento y verificación de los colegios, así como el fortalecimiento y capacitación de las estructuras de las mesas electorales.
Otro puntal importante en este CEM ha sido el de Rigoberto Sosa Atencio, trabajador de la Empresa Eléctrica de La Habana, quien desde el mes de julio está movilizado como vocal del Consejo Electoral Provincial. Sin vínculos anteriores con este tipo de proceso ahora confiesa que se siente cautivado.
“Antes solo conocía sobre la labor del delegado, y hoy desde esta función estoy viviendo una gran experiencia. Como usted puede observar —aseveró— la estructura administrativa del Consejo Electoral es pequeña, pero las tareas son grandes y netamente populares.
“Aquí estuvimos varios días sin corriente eléctrica por el paso del huracán Ian que de alguna manera afectó el territorio, no obstante, pese a este contratiempo salimos adelante, guiados siempre por Irma, con su ejemplo, consagración y conocimientos. Aquí hay un grupo de trabajo abnegado que llega a la casa del reparto Lutgardita, donde está ubicado el Consejo Electoral, bien temprano en la mañana, pero ninguno piensa en cuándo hay que marcharse. Ese sentido de pertenencia, impregnado por Irma y por María de los Ángeles, han hecho que me enamore de la obra”.