Cuando el bayamés Benerando López Espinosa, llegó con su grúa al municipio San Juan y Martínez de Pinar del Río, se sorprendió por las dolorosas huellas que dejó el paso del huracán Ian en ese territorio.
Sabía que no era momento de amilanarse sino de enfrentar la tarea y no perder tiempo. Junto al grupo de trabajadores de la División Territorial de Etecsa en Granma que sin pensarlo partió a Vueltabajo, emprendieron manos a la obra y comenzaron a recuperar las comunicaciones.
Ahora ya en su tierra natal, este experimentado chófer operador de la brigada de línea, recuerda las intensas jornadas vividas allí. “Trabajábamos desde el amanecer y hasta el anochecer, los pinareños nos acogieron y colaboraban en lo que hacíamos, allí la cosa estaba complicada, las líneas estaban en el piso y tuvimos que levantar claves, postes y poner herrajes. Fueron más de 20 días de trabajo intenso, algunas jornadas instalábamos más de 40 teléfonos y estábamos conscientes que no había tiempo para descansar.”
Durante 30 días trabajó Benerando López en Pinar del Río, allí ayudó además a la reconstrucción de varias viviendas dañadas por el evento meteorológico.
“Había muchas personas solas que no podían levantar los techos y yo cuando terminaba mi trabajo me iba y los ayudaba con la grúa sacando las matas y los cables que estaban encima de sus casas. Todos ellos lo agradecían con lágrimas, pero yo les decía: aquí estamos para ayudarnos porque todos somos cubanos.”
Junto a Benerando también estaba el joven de 27 años Héctor Manuel Ávila Castillo liniero B que por primera vez participaba en evento de esta magnitud.
“Fue una tarea dura, yo no había vivido algo así, pero fue bonito porque aprendí mucho, aunque terminábamos tarde, cansados, sabíamos que era necesario nuestro trabajo. Compartíamos lo que teníamos con ellos, les dábamos agua fría, porque siempre teníamos hielo y ellos lo agradecían mucho.”
La labor de estos granmenses, junto a los más de 35 especialistas de las comunicaciones de este territorio oriental que apoyaron a la recuperación de Pinar del Río, es una de las grandes proezas que será guardada en la historia de vida de estos hombres que unieron sus manos para borrar las durar huellas del huracán Ian.