Una ciudad para la música de concierto, que es ámbito de múltiples confluencias culturales, es el epicentro de la cuarta edición del Festival Habana Clásica, que se extenderá hasta el 20 de noviembre.
Un programa de presentaciones que reúne a casi medio centenar de artistas de una decena de países se concreta en varios espacios capitalinos, en una cita que este año rinde tributo al músico Claudio José Domingo Brindis de Salas y Garrido, en el aniversario 170 de su natalicio.
Desde el pasado sábado se desarrolla un encuentro que forma parte de las festividades por el aniversario 503 de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana.
Los espectáculos se complementan con clases magistrales y varias sesiones teóricas, en un empeño de integrar a músicos con especialistas de disímiles formaciones.
La Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís, la sala Ignacio Cervantes del Palacio de los Matrimonios de Prado, la iglesia de San Francisco de Paula, el oratorio San Felipe Neri, son algunas de las sedes de Habana Clásica, a las que se suman el Teatro Martí, la sala Covarrubias del Teatro Nacional y el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
El festival, que organiza el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, dará paso justo el día de su clausura al Festival Mozart Habana, en lo que el director artístico de Habana Clásica, el pianista Marcos Madrigal, considera “un abrazo entre festivales”.