Los niveles atmosféricos de los tres principales Gases de Efecto Invernadero (GEI), causantes del cambio climático que deteriora gravemente las condiciones naturales de vida en la Tierra, alcanzaron nuevos máximos históricos en el 2021, advirtió en su más reciente informe la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según el comunicado oficial emitido por la OMM, en el pasado año las concentraciones de dióxido de carbono, de metano y de óxido nitroso constituyeron, respectivamente, el 149 %, el 262 % y el 124 % de los niveles preindustriales, período este a partir del cual los GEI provocados por las actividades humanas comenzaron a alterar el equilibrio natural de esos gases en la atmósfera terrestre.
Divulgado el pasado miércoles, el comunicado incluye los datos más relevantes del último Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero. De tal modo, se destaca que entre los años 1990 y 2021 el efecto del calentamiento del clima provocado por los GEI de larga duración aumentó casi un 50 %, incremento al que contribuyó el dióxido de carbono (CO2) con alrededor del 80 %.
El aumento del 149 % alcanzado en el 2021 por el CO2 respeto a los niveles preindustriales, se debió principalmente a las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento. Las emisiones mundiales han repuntado desde el fin de los confinamientos del 2020 ocasionados por la pandemia de COVID-19.
Preocupa a los expertos la posibilidad de que, a la larga, los océanos y los ecosistemas terrestres pierdan eficacia como “sumideros” y ello merme su capacidad para absorber CO2 y evitar aumentos de la temperatura aún mayores. En este sentido, apuntan que en algunas partes del mundo ya se han detectado ecosistemas terrestres que han dejado de ser sumideros y se han convertido en fuentes de este gas.
El metano (CH4) atmosférico es el segundo gas que más contribuye al cambio climático. Desde el 2007, la concentración media mundial de CH4 atmosférico ha aumentado a un ritmo acelerado. Los incrementos anuales del 2020 y 2021 son los mayores desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983.
Su concentración es el resultado de la interacción entre múltiples fuentes y sumideros superpuestos, por lo que es difícil cuantificar las emisiones por tipo de fuente. No obstante, los análisis indican que las fuentes biogénicas, como los humedales o los arrozales, son las que más han contribuido desde el 2007 al nuevo aumento de sus niveles.
El óxido nitroso (N2O) es el tercer GEI más importante. Sus emisiones atmosféricas provienen de fuentes naturales (en torno al 57 %) y fuentes antropógenas (aproximadamente el 43 %), como el océano, el suelo, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales. Su incremento entre 2020 y 2021 fue algo mayor que el observado entre 2019 y 2020, y superior a la tasa media de aumento anual del último decenio.
El incremento de los GEI en la atmósfera, afirmó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas, “ha puesto de manifiesto, una vez más, el enorme reto —y la necesidad vital— de adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar que la temperatura mundial aumente aún más”.
Precisó el directivo que “la prioridad principal y más urgente es reducir las emisiones de dióxido de carbono, que son la causa principal del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos asociados y repercutirán en el clima durante miles de años, al inducir la pérdida de hielo polar, el calentamiento de los océanos y el aumento de nivel del mar”.
Y ante tan dramáticas perspectivas, Taalas aseveró: “Tenemos que transformar nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte, y todo nuestro estilo de vida. Los cambios que deben aplicarse son asequibles desde el punto de vista económico y viables en el plano técnico”; y advirtió el alto funcionario de la Organización de Naciones Unidas: “El tiempo se agota”.
Pero acerca de la problemática del cambio climático no solo se pronunció recientemente la máxima autoridad de la ONU sobre el clima; lo hizo también el pasado jueves el Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA), órgano que lidera en el tema ambiental.
El comunicado oficial emitido por el PNUMA advierte que los insuficientes compromisos para frenar la emisión de los GEI llevan al mundo hacia un incremento de la temperatura de 2,4 a 2,6 grados centígrados (°C) para finales de este siglo, muy por encima de lo establecido en el Acuerdo de París (año 2015), de limitar el alza mundial a los 1,5 °C.
Al igual que lo hizo la OMM, el PNUMA reclama también la rápida transformación de las sociedades como la única salida frente al escaso avance global en la lucha contra la amenaza del trastorno climático.
“Ya todos tuvimos la oportunidad de implementar cambios graduales, pero el tiempo para ello ya se acabó. Únicamente la transformación de pies a cabeza de nuestras economías y sociedades puede salvarnos de la aceleración de la catástrofe climática”, sentenció Inger Andersen, Directora Ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
(Con información de páginas web de la OMM y el PNUMA)