A pocas jornadas de la presentación en la ONU de la Resolución que cada año exige el levantamiento del criminal bloqueo impuesto por los Gobiernos de Estados Unidos a la Mayor de las Antillas se sumaron al reclamo, este fin de semana, incontables voces desde La Habana hasta Nueva York, Minnesota, Australia, Bélgica, Canadá y otras regiones del planeta.
Mientras en el Palacio de Convenciones de la capital cubana los asistentes al XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros aprobaban una resolución de condena al bloqueo y de apoyo irrestricto a nuestro pueblo, en reuniones de cubanos residentes en el exterior, en Parlamentos, medios de prensa y en las redes sociales se reiteraba lo irracional, injusto e inhumano de una política recrudecida de forma brutal durante la pandemia de la COVID-19, que afecta no solo a Cuba sino al propio pueblo estadounidense y a toda la humanidad por su carácter extraterritorial.
Abundan los ejemplos de acciones solidarias, como la marcha efectuada en Nueva York y la manifestación frente a la mismísima sede de las Naciones Unidas. Y es que las personas de buena voluntad que en el orbe se han sumado al justo reclamo de los cubanos reconocen y admiran la postura inclaudicable de esta pequeña nación del Caribe que ha encontrado, como señaló el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, “la fuerza moral y material para salir victoriosa en el terreno político e ideológico en la lucha contra el bloqueo económico, la subversión y las agresiones del imperialismo yanki”.