Entre las más de mil 90 obras literarias provenientes de 28 países que participaron en el XX Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, descollaron dos piezas literarias de autores holguineros, cuyas menciones en el certamen prestigian a la cultura cubana y de la oriental provincia.
Rubén Rodríguez González, periodista y editor del semanario provincial ¡ahora! y merecedor de varios premios, incluyendo el «Alejo Carpentier» 2019; y Emerio Medina Peña, ingeniero mecánico y Premio Casa de las Américas 2011, fueron los agasajados por sus respectivas obras Anatomía de la tempestad y Los cuervos vuelan al amanecer.
La presencia de ambos cuentos entre las tres obras literarias cubanas que recibieron mención en el prestigioso certamen, suma encumbrados galardones literarios a Holguín y la sitúa entre las provincias de mayor impronta en el ámbito narrativo cubano.
Sobre su relato Anatomía de la tempestad, Rodríguez González comenta que está «narrado de manera realista, pero emparentado con la literatura fantástica. Cuenta básicamente lo que ocurre con cuatro personas que están encerradas en una casa mientras pasa un huracán. Ese es el leimotiv.
«Hay historias que se desenvuelven a partir de estas circunstancias y los extraños vínculos que unen a los personajes de alguna manera.
«Es la segunda vez que obtengo mención en este Premio al que considero bastante prestigioso, primero porque estimo a Julio Cortázar como un maestro de la literatura en español, específicamente latinoamericana, y como un estudioso, renovador, aplicador y cultor de las técnicas narrativas dentro del relato de ficción».
La alegría del escritor holguinero, que ha sido también maestro de varias generaciones de periodistas, tanto desde la academia como desde el periódico ¡ahora!, donde labora hace más de 30 años, se multiplica con la certeza de que la XX edición del «Cortázar» contó con un elevadísimo número de participantes.
Expone que al parecer fue «una edición bastante compleja por la cantidad de obras en concurso, más de mil. Me imagino que en este caso el trabajo del jurado fue arduo. Y estoy contento con mi mención porque estoy contento con el cuento. Es una historia que, de revisión en revisión, y de copia en copia, fue creciendo y redondeándose hasta llegar a esa propuesta».
El orgullo del mayaricero Emerio Medina no es menor. Desde su natal municipio de Mayarí, donde simultanea sus labores como escritor con las de ingeniero mecánico en la termoeléctrica «Lidio Ramón Pérez», de Felton, asegura que «quedar finalista entre más de mil participantes ya dice mucho de cómo van las cosas, si se mantiene el pulso narrativo, si se está escribiendo con calidad…»
Acerca de su texto Los cuervos vuelan al amanecer adelanta que «tiene que ver con dos cosas: la relación centro-periferia en una ciudad, en este caso La Habana, y la relación padre-hijo».
La historia, revela, se trata de «un hombre joven que vive en un barrio de las afueras de La Habana y sale de su casa todos los sábados por la tarde, toma el tren suburbano y se va al centro, al Vedado…»
«En este caso se trata de una historia bastante osada que pretende hurgar bajo la piel de muchas cosas que el mundo moderno está poniendo ante los ojos de la gente. Es un cuento sobre el país, las interrelaciones familiares, la modernidad, la intolerancia, etcétera», subraya.