El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva podría obtener al menos el 50 % de los votos válidos, según resultado de la más reciente encuesta del Instituto Datafolha. Tales cifras podrían ser suficientes para sellar su victoria en la primera vuelta de los comicios generales que se votarán el 2 de octubre en Brasil.
El rival más cercano, Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), apenas cuenta con un 33 % de preferencia. Los candidatos restantes ni siquiera llegan al 10 % de las intenciones de voto.
La popularidad del actual mandatario ha ido en picada a pesar de los esfuerzos de última hora para repartir beneficios económicos, entre ellos el plan Auxilio Brasil, las subvenciones para camioneros y taxistas, así como la reducción de los precios a los combustibles.
No le perdonan la incompetencia frente a la COVID-19 que ha ocasionado más 685 mil muertes; las actitudes misóginas, racistas y homófobas; así como el indetenible incremento de la pobreza que ha lanzado a más de 30 millones de personas al ayuno cotidiano. El único segmento de población donde Bolsonaro crece en aceptación es aquel que recibe el equivalente a más de dos salarios mínimos mensuales.
A pesar de las cifras divulgadas por Datafolha, el presidente insiste en que si no obtiene al menos el 60 % de los votos es porque algo funciona mal en el Tribunal Superior Electoral (TSE), organismo que desde el pasado 21 y hasta el venidero 28 trabaja en el sellado de las urnas electrónicas.
Durante esta fase se verifica la seguridad, integridad y confiabilidad de la máquina de votación electrónica, tecnología que se usa en Brasil desde hace más de 25 años, declaró Roberval Belinati, presidente y juez del Tribunal Regional Electoral del Distrito Federal (TRE-DF).
En el Distrito Federal (DF), de Brasilia, por ejemplo, residen unos 2,2 millones de electores y contará con 610 colegios, en los que emplearán 6 mil 748 urnas electrónicas. Cada una contabilizará el voto de unos 450 electores y estará equipada con una batería que le garantiza 12 horas de autonomía por si hay fallos en el suministro eléctrico.
Solo en el DF se activarán unos 12 mil policías para garantizar “elecciones transparentes, seguras y pacíficas”, aseguró el juez Belinati y precisó que el TRE-DF también organiza el proceso de votaciones en el extranjero, donde residen casi 700 mil brasileños en 106 países.
Steve Bannon, ideólogo de esa derecha radical populista que ha ido escalando espacios de poder en el mundo y uno de los principales estrategas que de la campaña que propició la victoria de Donald Trump en EE. UU. en 2016, resaltó en entrevista realizada por BBC News el impacto que la elección brasileña tiene en el gigante norteño: “Está muy próxima a la de medio término prevista para noviembre y los temas discutidos en ambos procesos son relativamente similares”, destacó.
Es muy difícil hacer encuestas en EE.UU. —aseguró Bannon— porque el movimiento America First, el movimiento MAGA, desconfían, no suelen responder. Creo que lo mismo podría estar pasando en Brasil, donde vemos el resurgimiento de un movimiento populista, particularmente en la parte cristiana evangélica, no estoy seguro de que se investigue con precisión. Esta será una de las elecciones más intensas y dramáticas del siglo XXI. Y creo que Bolsonaro llegará a la victoria, pronosticó.
Frente a esos truenos, y similares, en Brasil crece la idea del voto útil, que convida a los electores a cerrar la disputa en primera vuelta, favoreciendo al líder del PT.
La profesora de Ciencias Políticas Mayra Goulart, citada por Brasil de Fato, identificó de los dos componentes que ha consolidado esa propuesta. El primero está relacionado con la negación del valor de la política por gran parte de la población y el otro es la amenaza que representa la candidatura de Bolsonaro.
“Hay electores que ven la política como una pérdida de tiempo, que dicen: ‘no quiero salir de casa una vez más a votar’. Eso no es nuevo, afirmó Goulart, pero también existe el temor de que no se respeten los resultados de las urnas. Por eso no estamos ante una elección normal, se repite lo de tener a un extremista con viabilidad electoral: Bolsonaro”.
La diputada federal Tabata Amaral, del Partido Socialista Brasileño, ha llamado a “unir el campo democrático” para dar la victoria a Lula pues una segunda vuelta sería “cuestionada y tumultuosa”. La esperanza es convencer al 18 % de indecisos identificado por Datafolha, ese sería el puntillazo que certificaría el regreso del hombre leyenda que en el 2011 entregó la presidencia con un 87 % de popularidad.