La Guagua anda hoy empezando el recorrido por el tramo final de esta etapa veraniega, por lo cual invitamos a los lectores a bordo a examinar unas palabras escuchadas en las últimas horas:
Monguito dice:
Como que uno no sabe a qué hora ponen ni quitan la luz, me vuelvo loco. Ahora mismo me embarqué abriendo la ponchera y me dieron el apagón con esa goma desmontada. Y no tengo ni almuerzo hecho y no sé a qué hora a esa gente le dará la gana de volverla a poner.
No es el único en ese caso, ni tampoco es en Santa Clara donde hay personas que no se guían por los anuncios de una empresa eléctrica, pues también en Ciego de Ávila encontramos personas desorientadas.
Alfredo dice:
No, no, aquí no hay programación, la ponen y la quitan cuando les da la gana o cuando pueden.
Tanto a uno como al otro le obsequiamos un trozo de papel con los horarios en los cuales estaba previsto retirar el servicio ante un déficit en la capacidad de generación.
Monguito dice:
Ahora sí que cambió la vida, le juego cabeza al apagón y hago las cosas en el alumbrón.
Alfredo dice:
Es verdad que apagan cuando dicen, y si no por lo menos explican que es por alguna rotura aquí cerca.
Si algún balance positivo queremos ver en estos duros meses veraniegos, es el incipiente comienzo a la generalización de una cultura de adecuar la vida a los momentos de apagón o como dicen popularmente: de alumbrones.
Antes de continuar el recorrido por donde íbamos, nos desviamos para una charla un tanto simpática:
Un hombre entrado en años, que se desempeña como mensajero, dice:
¡Qué ca… no pude dormir esperando el apagón toda la madrugada!
La esposa, Josefa dice:
Oye, ya te lo dije: si querías que el apagón llegara, hubieras bajado el catao y te hubieras acostado a dormir.
Cuando el anunciado apagón incumple su presencia, ya algunos lo extrañan…
En resumen: Y no faltan quienes toman como patrón la Rotación de Bloques y en vez de anotar los horarios de apagones ante un déficit de generación, anotan los momentos en los cuales tendrán el servicio, porque centran el interés en saber cuándo pueden hacer lo que se puede con electricidad.
No obstante, personalmente conocemos los que aplican la filosofía de ver el vaso medio lleno, como el vecino que pide anonimato:
Cuando se va la corriente es como si el vaso estuviera medio lleno y entonces salgo a llenarlo con un paseo o una visita a otro bloque donde haya luz.
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Acerca del autor
Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.
Me sumo, llevo 2 dias llegando a mi casa del trabajo y corretiando para resolver todo antes de las 8.00pm y no me la han quitado, sin embargo hoy a las 5.45am me la suspendieron, esto es un rompecabeza con las fichas regadas y no las encuentras para ponerlas en su lugar
No lo crea, estimado Arturo, pero aquí ya hay quienes aplican desde hace rato la filosofía del último comentarista; andan de pariente en pariente haciendo visitas de día, y de noche, planifican alguna parranda en casa de algún@ amig@ agraciad@ con el alumbrón de turno. Casi siempre hay que cuadrar por teléfono, pues la famosa lista de rotación la «actualizan» a cada rato y no todos se enteran a tiempo. Y, si en medio del «disfrute», le premian con una avería… Entonces, Cervantes se queda corto con el vocabulario.