Tras una temporada delicada por culpa de las lesiones, Sergio Ramos parece haber dejado atrás las continuas molestias que sufrió en su primer año en París. El camero, al que le resta un año de contrato, quiere demostrarle a Galtier en la pretemporada que puede ser un pilar fundamental en el nuevo proyecto del PSG que ya ha echado a rodar. Los parisinos se estrenaron este miércoles en su gira por Japón con una insípida victoria por 1-2 contra el Kawasaki Frontale.
Sin embargo, a Ramos todavía le falta mucho rodaje para coger el ritmo oficial de competición. Si bien es cierto que el Tokio Stadium tenía una humedad altísima y unas condiciones climáticas poco propicias para disputar un partido de fútbol, el defensa fue uno de los jugadores que más sufrió en el primer tiempo del PSG.
Con un Galtier que ha implantado un sistema de tres centrales con carrileros, Achraf y Nuno, que dejan desprotegidos a la línea defensiva por su afán de ir a presionar a campo rival, Ramos ahí sufre, ya que no dispone ni la velocidad ni el físico de sus mejores años en el Real Madrid. El defensa andaluz no pudo imponerse al extremo del Kawasaki Frontale, Marcinho, que tuvo tres situaciones claras de gol tras atacarle la espalda en velocidad.