De quimeras y empeños, junto a ofertas, demandas y satisfacciones, crece la única pequeña empresa de Confecciones Textiles creada en Artemisa, ya con la marca registrada Gordi y domicilio legal en el poblado de Capellanías, en Caimito.
Es esta una de las más de 500 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) oficializadas ya en Cuba, y que cala en el gusto de los lugareños, en tiempos donde comprar prendas de vestir se ha vuelto complicado.
De ahí que juegos de shorts de niños y niñas, otros un poco más largos, pero de licra también para jovencitas, y hasta vestidos y blusas con cortes más discretos, pantalonetas de colores atractivos a rayas y pulóveres de hombres, distinguen parte de sus primeras producciones.
Poseen relaciones contractuales con la empresa de Comercio, y venden en un sugerente local en el bulevar de Artemisa, con sus márgenes de ganancia, explica Maritza Medina Milián, titular de la Mipyme.
Fabián Rodríguez González, es el esposo de Maritza. Ambos son Licenciados en Cultura Física. Él reconoce la oportunidad que se le brinda a los nuevos actores económicos, y al reflexionar sobre algunos tributos, cree que, aunque necesarios, tal vez pudieran bajarse un poco más, pues encarecen la producción y se perjudica el pueblo, que es la razón de ser.
“Tenemos la intención de contar con un espacio parecido e igual de céntrico en el resto de los diez municipios de la provincia, ya tenemos en Caimito (antigua Atelier), y quizás podamos llegar más allá de las fronteras provinciales”, subraya Maritza.
“La Gordi, ese era el apodo de mi hermana, quien soñaba con este proyecto, pero la Covid-19 le arrebató la vida en diciembre último, meses antes de ser aprobados como empresa. Esta Mipyme llegó para quedarse, entre puntadas y coloridos atuendos.
“Juntas previmos crear una sociedad un poco familiar que crecería con alguna inversión —nos cuenta ella— Así que el 25 de enero presenté los documentos para iniciar la tramitación y en abril fue aprobada”, comenta aún emocionada.
“Asumo la titularidad de la pequeña empresa en compañía de mi esposo como administrador, y mi hija, quien se encarga de la fiscalización, además de una treintena de trabajadoras, algunas por contratar”, explica.
Desde China importaron cuatro máquinas de festón y corte, mientras compran otras dos de costura plana e igual número de las nombradas collaretera.
A futuro
La vivienda poco a poco se trasforma en taller de costura. Una habitación como nave de corte, y al menos cuatro máquinas de coser no se detienen. Gordi entró al mercado, y como crece la demanda, no puede hacerse esperar la oferta.
“Además de las manos que impulsan la producción, otras deberán sumarse en breve a esta atractiva fuente de empleo”, asegura la titular de la Mipyme de Capellanías.
¿De dónde son los diseños? Por supuesto que no están ajenos a Internet, tampoco al clima ni a la moda de los cubanos; de todo eso se nutren, como del buen gusto de quienes están frente a la tela… y después a la aguja y el hilo.
Que Gordi está y es aceptada en el mercado interno es un hecho. Constituyen una oportunidad, pues son mínimas opciones de confecciones textiles en el territorio. Entonces, puertas abiertas a esta Mipyme que presume ser la única de su tipo en la provincia y de las tres de confecciones del país.