El Festival Boleros de Oro 2022, en su edición número 35, concluyó ayer domingo en la Casa de Cultura Julián del Casal, ubicada en el capitalino barrio de Jesús María, donde tuvo lugar el espacio El bolero de la comunidad, con la participación de artistas aficionados y el conjunto Arsenio Rodríguez.
El evento, luego de cuatro años de ausencia —dos de estos debido a la pandemia de la COVID-19—, comenzó el 19 de junio con una gala en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba y, debido a afectaciones en las sedes tradicionales, como los coliseos América y Mella, se realizó en formato reducido, sin la actuación de intérpretes foráneos.
Bajo los auspicios de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el encuentro estuvo dedicado al centenario de la Radio Cubana, esencial medio de promoción y difusión de este género Patrimonio Cultural de la Nación, y a los 100 años del natalicio de uno de los grandes exponentes del género: el cantautor César Portillo de la Luz.
Esta edición fue caracterizada con novedosos matices en sus espectáculos, los cuales estuvieron asociados a otros géneros musicales como el tango, la música mexicana (mariachis), el flamenco y la bachata. Sus principales escenarios fueron, además, la sala Rubén Martínez Villena, de la Uneac; el Salón Rosado Benny Moré, de La Tropical; y la Casa del Alba Cultural, entre otros.
Alicia Valdés Cantero, organizadora del Coloquio del Festival, subrayó el exitoso desarrollo de esta cita cuya apertura estuvo a cargo del escritor, ensayista y crítico de arte Roberto Méndez Martínez.