El volumen «Las mujeres que no amaban a los hombres», de Katherine Perzant, resultó ganador recientemente del 23 Premio Celestino de Cuento, convocado por Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín, que en esta ocasión tuvo la satisfacción de premiar el talento de una joven autora del territorio.
Del cuaderno, conformado por diez relatos, el jurado, compuesto por los destacados escritores Alberto Garrandés, Elaine Vilar y Adalberto Santos, destacó que «alcanza, con austeridad y ponderación, una notable unicidad estilística» y que su narración «fluye sin ademanes afectados, con confiada llaneza, sin mostrar esa molesta autoconciencia del estilo, tan propia en ocasiones de los discursos que son vacilantes y/o que no poseen madurez».
Asimismo estimó que «la facturación del tipo de escritura que este libro defiende (digámoslo así) tan bien, es hija de un acierto notable: saber construir, desde una voz de elegante sobriedad y que pone en práctica cierto extrañamiento, un mundo propio con personajes propios que se han reinventado enérgicos…»
Al hablar con la prensa sobre sus relatos, Katherine Perzant, holguinera radicada en La Habana, detalló que abordan el desamor y la angustia de su generación, y fueron escrita entre sus 20 y 25 años y reeditados durante la etapa de aislamiento generada por la pandemia de la COVID-19.
«En ese tiempo en casa comencé a trabajarlos, a estudiarlos, porque me gusta mucho pensar lo que escribo, volver sobre eso. La reescritura, en muchos casos me interesa más que la escritura», expuso.
«Me complace mucho haber recibido este premio porque soy holguinera y crecí en un pueblo que se llama Velazco, que queda muy cerca de Aguas Claras, el pueblo de Reinaldo Arenas, uno de mis escritores cubanos preferidos, y Celestino es, dentro de su obra, también mi personaje preferido», añadió.
Sobre la 23 edición del Premio Celestino de Cuentos, el escritor holguinero Adalberto Santos subrayó que al jurado le complació mucho, en primer lugar, ver la respuesta al concurso por parte de jóvenes de varias partes del país, y además constatar, entre las 29 propuestas literarias presentadas, la variedad de tópicos, técnicas narativas y maneras en que los jóvenes apuestan por entender y acercarse a la literatura.
«Nos hace muy feliz poder apreciar que la salud de la literatura joven cubana está definitivamente probada», apuntó finalmente.