Los organizadores dan los últimos toques al escenario donde se llevará a cabo el espectáculo. Las luces y la decoración están listas.
La capital española se paralizará el 29 y el 30 de junio y una buena parte de la ciudad se hallará herméticamente cerrada. A la sede de la Institución Ferial de Madrid (Ifema) solo permitirán acceder a los representantes de las 30 naciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) y a un selecto grupo de invitados.
Además, cuatro naciones de la región Asia-Pacífico, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur (¿otra Otan?) y los de la Unión Europea que no pertenecen a la alianza (Malta, Austria, Irlanda y Chipre). Se espera la presencia de 5 mil personas.
La Cumbre coincide con el aniversario 40 de la entrada de España a la alianza y pretende que los nativos olviden, al menos por unos días, la compleja situación política del país, pero no podrá evitar las protestas previstas contra el cónclave y por la amenaza mundial de crisis económica, energética y alimentaria.
Momento clave del espectáculo sería el anuncio de dos nuevos miembros, Finlandia y Suecia y, por qué no, el de Ucrania con un estatus especial. El programa definitivo está pendiente de aprobarse y cuando se haga se trasladará una invitación formal para que participe Volodímir Zelensky “el héroe democrático del momento”, dijeron los organizadores.
Actuar rápido y donde sea necesario
Se espera, además, aprobar la actuación de la alianza para la próxima década y dotarla de mayor capacidad para actuar “rápidamente en el lugar que sea necesario”.
En encuentros anteriores se reconoció el espacio exterior como sujeto al dominio de operaciones militares, tal como el aire, la tierra, el mar y el ciberespacio: “Alrededor de 2 mil satélites orbitan la Tierra y aproximadamente la mitad son de países de la Otan”, afirmaron los funcionarios.
Doce naciones firmaron el Tratado de Washington para “defenderse mutuamente en caso de una agresión armada contra cualquiera de ellos”, aunque en realidad su objetivo era combatir el comunismo. Fue el 4 de abril de 1949.
Hasta el momento la Otan no ha defendido a nadie, sino que atacó en reiteradas ocasiones, junto con los Estados Unidos, a otros países. Semanas antes de esta Cumbre la euforia reinaba en los salones de la sede de la Otan. Para muchos, el plan concebido marchaba y solo hay que darle armas a Ucrania para que el enfrentamiento dure el mayor tiempo posible.
Ver la destrucción y la muerte sin peligro alguno, vaciar de viejos armamentos sus respectivos arsenales y venderlos a buen precio es realmente un buen negocio, aunque quienes más ganan son los fabricantes de armas, en especialEE. UU. y Reino Unido.
En juego el futuro de Europa, no solo el de Ucrania
Jens Stoltenberg, secretario general de la Otan, declaró que, a solicitud de los EE. UU., los miembros aumentarían los gastos de defensa para fines del año 2024 en 400 mil millones de dólares, lo que considera un avance sin precedentes que los hace más fuertes.
En junio de 1999 la Otan terminaba su operación en Yugoslavia, que provocó la muerte a más de 2 mil civiles. ¿A quiénes defendían entonces?
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,reiteró en recientes declaraciones que en la crisis actual no solo se encuentra en juego el futuro de Ucrania, sino también el de Europa.
Los dirigentes de la Otan intentarán que la Cumbre proyecte la muy necesaria imagen de una unidad interna que no existe.
Muchos europeos siguen pensando en una organización de defensa propia, aunque ya no hacen públicas sus opiniones ante el dilema de un futuro incierto. No todos están de acuerdo con nuevos miembros y mucho menos de Ucrania.
Mantener la posición de fuerza con un mundo unipolar se hace cada vez más difícil. El universo es mucho más que EE. UU., Europa y Canadá. Es evidente la necesidad de cambios, que no son precisamente los que se proponen aprobar en Madrid, donde no faltarán quienes se figuren una nueva Otan, pero para Asia, lo cual coloca a China como el nuevo enemigo.