Anabel Sánchez González / Estudiante de periodismo
La ExpoAnir Soluciones Cuba que tuvo lugar por estos días en Santiago de Cuba, constituye una muestra de cómo la ciencia y la innovación puede ponerse al servicio del desarrollo de la nación fortaleciendo, desde la inventiva de los trabajadores, las bases del encadenamiento productivo y el desarrollo de la producción nacional.
En recorrido por el stand de Retomed, una de las empresas líderes en la producción de mobiliario y equipamiento médico, encontramos a Carlos Rodolfo Danger Álvarez, trabajador, desde 1986, del departamento de mantenimiento de dicha institución.
En sus 36 años, este graduado de Técnico de Nivel Medio en Ajuste y Reparación de Máquinas y Herramientas, ha presentado más de 80 trabajos de innovación, obteniendo numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional a Trabajo de Mayor Impacto en un proyecto relacionado con la reparación del parque tecnológico de la fábrica, Condición 8 de Octubre y Sello 8 de Octubre de la ANIR, entre otros.
Sobre esto nos comenta «era necesario nuestro esfuerzo para poder brindar los recursos necesarios a la población, cumplir los planes productivos de la entidad, ya que atravesamos una difícil situación por la pandemia y una de las prioridades era garantizar los mobiliarios de nuestros hospitales».
Al acercarnos a su historia en el centro nos comparte una de sus vivencias con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y relata: «esta fábrica, fue un regalo que nos hizo, él nos dijo en los comienzos, cuando era una fabriquita pequeña, en los tiempos de la creación de un riñón artificial, que así nacen las grandes fábricas, por eso es un deber de nosotros los trabajadores, con nuestros esfuerzos e inventivas, mantenerla viva y funcional para garantizar nuestras producciones».
La emoción lo invade al hablar de su trabajo titulado: «Plegadora Mebusa. Construcción del escote para regulación y reparación de freno de posición», una de sus innovaciones más recientes y destacada, consistente en la construcción de un escote que permite evitar el desarme casi total de la Plegadora para la regulación o reparación del freno de posición, lo cual además de mejorar la precisión de esta tarea, permite disminuir los tiempos de paralización de esta maquinaria.
«A un costo de fabricación de 1805.00 CUP en nuestra entidad, evita una erogación de alrededor 8000.00 euros en el mercado internacional, sin contar con las afectaciones en la paralización de la producción. De esta forma la inventiva generó un ahorro de 6195.00 euros y el efecto económico en los dos primeros años es de 120,046.95 CUP. «
Al finalizar nuestra conversación Carlos nos comenta con un destello de emoción en la voz: «para mí es un orgullo haber contribuido con mis modestos esfuerzos a mantener mi fábrica viva, a veces me siento como un niño, al devolverle a una máquina completamente paralizada su vida útil».
Las hazañas cotidianas de trabajadores sencillos como este mantienen vivo el futuro de la nación.