Entre los principales avances de la gestión ambiental en Isla de la Juventud figuran los relacionados con inversiones en las actividades de generación eléctrica e hidráulica, según se conoció en sesión ordinaria del Consejo de la Administración Municipal.
El Doctor en Ciencias Fidel Vera Bueno, delegado territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, ponderó las acciones para la mitigación del cambio climático que se ejecutan en Cocodrilo –comunidad costera del municipio especial– donde extenderán el uso de las Fuentes Renovables de Energía (FRE), gracias un proyecto de Desarrollo Local.
Esta iniciativa se sustenta en la instalación de un sistema fotovoltaico autónomo que junto al funcionamiento de una pequeña planta de biomasa forestal o gasificador llevaría casi a cero el uso de combustible fósil en ese asentamiento sureño, identificado por el gobierno local como uno de los 35 en condiciones de vulnerabilidad.
Actualmente, ese enclave desconectado del sistema electroenergético local dispone –para el servicio a 110 viviendas, 352 habitantes y más cinco entidades estatales– de una batería de tres grupos electrógenos de 100 kilovoltios, que trabajan con diesel (combustible caro en el mercado mundial), los cuales en rotación de 12 horas cada uno, mantienen la vitalidad de la generación todo el día.
Asimismo, Vera Bueno aludió al grupo de inversiones que ejecuta Recursos Hidráulicos de cara al uso racional del agua con la rehabilitación de las redes del acueducto en distintos poblados, así como la instalación de la planta desalinizadora en la localidad de Cocodrilo a fin de mejorar los índices fisicoquímicos del agua destinada al consumo humano.
En estos momentos se ejecutan seis proyectos financiados por el Fondo Nacional de Medio Ambiente y programas sectoriales de ciencia e innovación para sistemas de alertas temprana en el sector de la salud humana y animal, la predicción de los fenómenos meteorológicos a menor escala y la confección de un plan de adaptación basado en ecosistemas, dijo.
La doctora Bárbara Daudinot Gómez propuso que a partir de la intersectorialidad lograda, con enfoque sistémico y epidemiológico, se generen investigaciones sobre los efectos del cambio climático en pacientes con trastornos psiquiátricos desde la atención primaria de salud.
En tanto, representantes del sistema de la agricultura expusieron las acciones que se acometen en el territorio para minimizar el impacto de la sequía, las acciones de reforestación en cuencas hidrográficas y las brechas detectadas en el plan contra incendio forestal con un costo promedio de pérdida de 3,2 hectáreas por cada incendio (90 en total).
Adiel Morera, intendente municipal, insistió en la necesidad de gestionar mejor el plan contra incendios forestales, planificar inversiones que coadyuven a reducir el número de fuentes contaminantes y a involucrar a la población en la propuesta de proyectos de cara a la educación ambiental.
La gestión ambiental de Cuba se sustenta en la Tarea Vida –proyecto para mitigar los efectos del cambio climático–, esa estrategia se define en la Ley 81 de Medio Ambiente instrumento legal para la implementación de la política, con correlato en la Constitución de la República, los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta 2030 y el Modelo de Desarrollo Económico y Social del país, entre otros documentos programáticos. (ACN)