La temporada ciclónica en el área geográfica del océano Atlántico tropical, incluidos el Golfo de México y el mar Caribe, comienza oficialmente este miércoles y se extiende hasta el 30 de noviembre próximo.
Profesionales del Instituto de Meteorología (INSMET) pronosticaron que será activa porque en ese período pueden formarse 17 ciclones tropicales en toda la cuenca del Atlántico Norte, de los cuales nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.
De ellos,12 se desarrollarán en el área oceánica del Atlántico, tres en el mar Caribe y dos en el golfo de México, precisaron, y calificaron de elevada la probabilidad de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe (60 %) y de que uno de procedencia atlántica penetre en esa subregión (75 %).
Advirtieron que es alto el peligro de que Cuba sea impactada por al menos un ciclón tropical, con un 85 % de posibilidades y al menos uno con categoría de huracán, con un 60%.
De acuerdo con el Centro de Pronósticos del INSMET, durante el primer trimestre del año se observaron temperaturas del mar más cálidas que lo normal en la franja tropical del Atlántico Norte y el Caribe.
Los modelos de pronóstico consultados sugieren el predominio de este calentamiento en el curso de la temporada ciclónica, lo que constituye un factor favorable para la formación y auge de los ciclones tropicales en tal cuenca.
La temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial oriental ha permanecido por debajo del promedio en los meses de enero a marzo, pero las condiciones oceánicas y atmosféricas aún son consistentes con la presencia de La Niña-Oscilación del Sur (AENOS), que debe transitar hacia un evento débil.
El hecho es que la circulación atmosférica entre los 10 y 12 kilómetros de altura podría contribuir de manera positiva en la actividad ciclónica, aunque las anomalías de los patrones circulatorios también sugieren un comportamiento activo en la troposfera baja y media (hasta los seis kilómetros de altura) en los meses de enero a abril.
Seis meses durará ese período y al margen de la probable cantidad de organismos ciclónicos tropicales para la Cuenca Atlántica, lo más importante es estar listos y atentos con el propósito de eliminar y disminuir vulnerabilidades, a fin de proteger la vida y los bienes de la economía popular y personal.
Cuba es una de las pocas naciones que elabora sus propios pronósticos para el actual período ciclónico, los cuales están a cargo de los centros de Pronósticos, de conjunto con el del Clima, ambos del Instituto de Meteorología, perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
A partir de 1996, el INSMET es uno de los contados centros de investigación del orbe que emite con antelación su predicción acerca del probable comportamiento de la temporada ciclónica, sobre la base de un método sinóptico estadístico.
Este último constituyó una iniciativa de los doctores en ciencias Maritza Ballester Pérez (1951-2016), Ramón Pérez Suárez y Cecilia Gonzáles Pedroso.
Según la lista aprobada por el Comité de Huracanes de la Región IV de la Organización Meteorológica Mundial, a la cual Cuba pertenece, sus nombres son Alex, Bonnie, Colin, Danielle, Earl, Fiona, Gastón, Hermine, Ian, Julia, Karl, Lisa, Martin, Nicole, Owen, Paula, Richard, Shary, Tobías, Virginie y Walter.
Los ciclones tropicales reciben denominación una vez alcanzada la fase de tormenta tropical (de 63 a 118 kilómetros por hora).
Por sus vientos máximos sostenidos promediados en un minuto, se clasifican en depresión tropical, cuando son inferiores a 63 kilómetros por hora; tormenta tropical de 63 a 118, y huracanes si son iguales o superiores a los 119.
En el caso específico de los huracanes, la escala Saffir-Simpson los divide en cinco categorías.
La primera incluye a los que tienen vientos máximos sostenidos de 119 a 153 km/h; la segunda de 154 a 177; la tercera de 178 y 208; la cuarta de 209 a 251 y la quinta a partir de los 252 km/h, mientras de la tercera en adelante reciben la denominación de huracanes de gran intensidad. (Tomado de ACN)