El aroma de la hoja embelesa a Caridad Forgoso Gil, quien no fuma, pero sí le fascina su trabajo con el olor característico de las capas destinadas al torcido de los tabacos, en la fábrica situada en la esquina de las calles Maceo y Libertad, en la ciudad de Ciego de Ávila.
Tanto amor siente ella por el oficio de su vida que le asignaron un puesto clave. «Soy clasificadora de la materia prima, cumplo la norma diaria y otros quehaceres porque también represento a los trabajadores como secretaria general de la sección sindical».
Otra de las consagradas es Idriana Torres: «Del habano lo sé casi todo, comencé en Marroquí en una unidad de escogida, además he regado las posturas, sembrado, despalado, ensartado y apoyo hoy aquí la producción de los puros de forma artesanal», afirma la técnica de contabilidad condecorada recientemente por atesorar más de 50 años en el sector tabacalero.
Ambas están entusiasmadas por los nuevos logros del colectivo dedicado a la fabricación de Breva, Crema y Petticetro, sus vitolas clásicas.
El Surco crece
Aunque la misión tradicional consiste en producir para el consumo nacional, los empleados de la tabaquería nombrada El Surco, anhelan que sus productos se distingan también en el mercado internacional.
Acerca de las perspectivas informó Rogelio Jiménez Llera, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Tabaco Torcido Ciego de Ávila: «Realizamos en la actualidad un curso de recalificación para implementar la producción con destino a la exportación, lo cual nos compromete a formar 100 torcedores y a contribuir a que nuestra empresa complete el ciclo, desde las labores en los semilleros, hasta la comercialización de tabacos en el exterior».
El gran empeño tiene como garantía para el éxito la eficiencia integral del centro al cierre del balance económico de abril pasado. «La producción terminada al 119 %, las ventas netas al 122 %, la productividad al 134 %, repartimos utilidades en el primer trimestre y tenemos el personal completo, algo que no lográbamos en los últimos años», argumentó Rogelio.
Más allá del lomerío
Ciego de Ávila cosecha una de las mejores hojas, entre las provincias con tradición tabacalera en el país. Allí el cultivo emergió del montañoso territorio de Florencia y se extendió por vegas, casas de cultivo, centros de acopio y beneficio y otros municipios avileños.
Una de esas unidades de selección de las capas para la exportación radica en la localidad de Venezuela, perteneciente a la UEB de tabaco Ceballos, dirigida por Danay Contreras Sánchez.
La juvenil directora explicó: «Hemos acopiado más de 30 toneladas y estamos comprometidos en cumplir el plan para la actual campaña porque el país necesita de nuestro aporte para la recuperación de la economía y los proyectos sociales».
Otra joven, Dayam Rodríguez Marichal, directora de acopio y beneficio del tabaco de la Empresa Agropecuaria Florencia, resumió el homenaje productivo por el 29 de mayo, Día del Trabajador Tabacalero y el aniversario 111 del natalicio de Lázaro Peña González.
«De enero a abril ―ejemplificó― la producción terminada de torcidos nacionales se comportó al 108 % y la de exportación al 124 %. Para dedicarse a esta última tenemos en el curso actual la preparación a 23 torcedores, unos en la UEB de la capital provincial y otros en la dirección de nuestra empresa, de acuerdo con los propósitos de la 63 medidas implementadas para dinamizar la agricultura cubana».
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.