Un significativo crecimiento del monto para las inversiones en el sector agropecuario en el 2022, permitirá mejorar o completar estructuras tecnológicas que tributan a la producción de alimentos y las exportaciones, informó Luis Enrique Díaz Burón, director de Inversiones y Desarrollo del Ministerio de la Agricultura (Minag).
Los 5 mil 966 millones de pesos previstos, cuya cifra ha ido aumentando cada año, no resolverán las necesidades de un sector urgido de recapitalizarse, modernizar sistemas productivos, maquinaria agrícola e industrial, pero serán paliativo digamos, para ampliar los sistemas hidráulicos y de regadío, que hoy limitan los rendimientos de los cultivos.
Díaz Burón comentó que solo el 7 % del área cultivada en el país recibe actualmente los beneficios del riego, por lo que parte de los financiamientos se destinarán al mantenimiento y recuperación de la infraestructura de riego que permitan la rehabilitación de los organopónicos gigantes y las fincas de semillas para la producción de hortalizas.
En el Programa de Desarrollo Integral Agropecuario asociado al Trasvase Este-Oeste, enclavado en una región con potencialidades agrícolas, y aprovechando las bondades que aportará el agua para las grandes extensiones agropecuarias y forestales se priorizarán las tecnologías de riego en la producción de cultivos varios, pastos y forrajes, así como ejecutar nuevas obras de infraestructura para el incremento de las producciones ganaderas en los polos de Birán y Pinares de Mayarí, todos en el oriente del país.
El programa arrocero, que a pesar de contar con las prioridades de inversiones de los últimos años, no ha logrado satisfacer las metas productivas que permitan reducir las importaciones y aumentar la presencia del cereal en la mesa del cubano, tendrá un impulso en el completamiento del flujo tecnológico, la modernización y ampliación de la industria de secado y molinería; obras simulares se harán para el montaje de industrias de beneficio, secado, almacenamiento y empaque de granos, fundamentalmente de frijol y maíz.
El funcionario significó, que si hasta hace poco tiempo las inversiones estaban respaldadas por fuentes de financiamiento disponibles en el país, algunos créditos externos y ayudas gubernamentales, hoy demandan de las capacidades internas para la buscar entrada de divisas con las que aportar a este programa, como son las ventas de productos en fronteras y el comercio exterior.
Se harán construcciones para sostener los programas de desarrollo agrícola en las provincias de Artemisa, Mayabeque y La Habana, que tributan la mayor cantidad de productos frescos a la capital del país; y en el programa cafetalero incluyen nuevos centros de injertación, y el completamiento de equipos de transporte y agrícolas que lo sostienen.
Luis Enrique manifestó que se prevé la reparación capital de patios de secaderos de café y concluir nuevos centros para la producción de medios biológicos; continuarán creando condiciones en campamentos para soldados y oficiales al Ejército Juvenil del Trabajo, en función de asegurar la fuerza laboral que demanda la atención a este cultivo.
Las inversiones llegan a las montañas para respaldar los programas de producción e industrialización del café, coco, y cacao; mientras la producción de miel de abejas recibirá beneficios con la modernización de los procesos que permitirán diversificar los surtidos y cambiar la matriz de exportación incrementando la miel envasada.
Estas inversiones requieren la participación de los ministerios de Industrias y la Construcción, la Unión Eléctrica y Recursos Hidráulicos, que en colaboración contribuirán al cumplimiento de la Política Económica y Social del país y de las medidas aprobadas para estimular la producción de alimentos.