–Centro de llamadas, buenas tardes… ¿Qué problema tienes con el gas? Dígame su nombre, por favor.
A las 5:57 de la tarde de este miércoles 11 de mayo, Damarys Rodríguez Gaínza recibe otra llamada en el Centro Integral de Atención a Urgencias. Estamos en la planta de producción de gas manufacturado de Marianao, una de las dos plantas de este tipo que existen en La Habana.
María de los Ángeles Fernández está justo detrás de Damarys y atiende otro de los teléfonos habilitados. Hasta el filo de las seis de la tarde de este miércoles, allí se habían recibido 215 quejas en un solo día, y los teléfonos no paraban de sonar. Antes de la explosión del Saratoga, el promedio de escapes de gas reportados en La Habana era de unos 30 diarios.
Desde la noche de este lunes 9 de mayo, varias personas en distintos municipios de la capital cubana comenzaron a sentir un fuerte olor a gas. Enseguida se prendieron las alarmas. ¿A qué se debía? ¿Por qué se sintió el olor de manera simultánea en varios lugares en La Habana? ¿Tenía ello relación o no con los sucesos del hotel Saratoga? ¿Hubo anomalías en algunas de las dos plantas de producción?
“A raíz de que los clientes comenzaron a informar sobre olor a gas, el proceso fue revisado minuciosamente por especialistas y tecnólogos nuestros. Los reportes comenzaron el lunes en la noche y en la madrugada y mañana del martes”, señala Daina Álvarez Álvarez, directora de la UEB de Producción de la Empresa de Gas Manufacturado de La Habana.
Álvarez subraya que el control del proceso se realiza todos los días como algo rutinario. En la mañana del martes también se hizo: “Constatamos que no se había hecho ninguna operación anormal, hicimos las mediciones correspondientes. O sea, no se tocó ninguna válvula, no hubo ninguna sobrepresión”.
Puntualizó que el poder calórico, la densidad, los niveles de azufre y el nivel de odorizante son de los parámetros que diariamente se miden en el control de procesos en ambas fábricas. “Todo estaban en regla”.
La directora de la UEB de producción de la Empresa de Gas Manufacturado dijo en entrevista a Cubadebate que en diciembre del 2021 se le dio mantenimiento planificado a las dos plantas.“Esto ocurre periódicamente, por las programaciones existentes, en particular en diciembre por ser una época del año donde se utiliza mucho el servicio”.
Álvarez Álvarez apuntó que “aunque existiera algún tipo de escape de gas en la planta –hecho que no ocurrió-no tiene nada que ver con el olor a gas en la ciudad. Las plantas están ubicadas en zonas alejadas. El escape pudiera sentirse localmente, pero no en la ciudad”.
En el despacho de producción se monitorean las presiones de ambas redes en la capital: la red Habana y la red Playa-Marianao. En las pantallas se ven las dos plantas.
“Si la presión empieza a disminuir es porque las cocinas empiezan a abrirse, entonces los especialistas orientan a las plantas aumentar la presión para volver a su rango normal, y viceversa”, comenta la especialista.
En declaraciones a la prensa, Álvarez destaca que otra de las plantas de producción, la de Melones, fue visitada por bomberos, la Defensa Civil y el Ministerio del Interior, a quienes se les explicó cómo se hace el proceso, y allí constataron que no había problemas.
“La tecnología que usamos para obtener el gas es limpia y se llama aire metanado. Nosotros recibimos gas natural y lo mezclamos con aire de la atmósfera”, comenta y añade:
“Hay que aclarar que el gas manufacturado no es lo mismo que el gas licuado. De hecho, son dos empresas diferentes. Nuestro producto es mezcla de gas natural acompañante de petróleo con aire de la atmósfera a porcientos determinados para obtener la energía necesaria con la que cocinar los alimentos”.
¿Sientes olor a gas?
“Sí había un olor a gas muy fuerte en la calle Muralla”, dice en un comentario en nuestro sitio web Bárbara Miranda Rodríguez, quien trabaja en Centro Habana. “Yo sentía el olor en el cuarto piso de mi empresa. En Jesús Peregrino se están haciendo arreglos del gas manufacturado y a cada rato se siente olor”.
Resulta natural que nos alarmemos –señala Bárbara–, y añade que “no todos los comentarios son malos, es para evitar desastres, hay que escuchar para luego tener menos que lamentar”.
Daymita es otra usuaria de que también comparte su experiencia en relación al gas. Comenta que este martes estuvo en una audiencia en el Tribunal Provincial de La Habana. Desde que se acercó al hotel Parque Central sintió olor a gas, que se intensificó cuando entró al tribunal.
“Me preocupó mucho y pensé estaba sugestionada, pero no, cuando ya me retiraba, en el mezzanine del tribunal había unos compañeros con un aparato haciendo mediciones e indicando que mantuvieran ventilado el lugar”, cuenta.
Mabel Sánchez Torres también sintió un fuerte olor a gas a partir de las ocho de la noche del pasado lunes. Cuenta que el olor permaneció en el ambiente toda la madrugada y que era perceptible en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja, donde vive con su familia: “Esa noche la pasamos con el balcón abierto por miedo a que se concentrara el gas en el interior de la vivienda”.
Al amanecer del día siguiente –asegura Sánchez Torres– todavía era perceptible el olor, por lo que decidió llamar a los bomberos.
“Apenas me presentaba cuando el señor que me atendió me preguntó: ‘Sientes olor a gas?’. Le dije que sí y me respondió que ‘el día anterior una brigada de la empresa del gas había hecho unas labores, se había producido un escape de una sustancia que no era gas y que eso era lo que se sentía. También me dijo que había recibido ‘500 llamadas por lo mismo’”, dice Mabel Sánchez.
Para intentar encontrar respuestas a lo sucedido, también conversó con Argelia Reytor Suñer, directora general de Gas Manufacturado en La Habana.
Si se comprueba que no hay afectaciones en las plantas, ¿por qué entonces se produce este aumento de reportes? ¿A qué se debe ese olor?
“Nosotros no sabemos. Lo que sí conocemos es que antes de la explosión en el hotel Saratoga el promedio de escapes reportados diarios era de 30 en La Habana. Y luego de la explosión esta cifra se incrementa entre 120 y 140 por día”, afirma.
De estos reportes que han recibido, ¿cuáles han comprobado que realmente son escapes?
“En el resumen que hicimos el 40% de los escapes no es real, mientras el 60% sí. Pueden ser domésticos, estatales o en las redes soterradas. Se han dado casos”.
Si tomamos como referencia 120 reportes de escape diarios –cifra que se ha superado en los últimos días– y le aplicamos el 60%, podemos comprobar que alrededor de 72 quejas diarias por fuga de gas son reales, lo cual duplica la cifra estimada antes de la explosión del Saratoga. No obstante, los especialistas enfatizan que los sucesos del hotel no guardan relación con posibles escapes en viviendas o instituciones.
“A partir del Saratoga la gente está más previsora y cautelosa. Hay personas que han convivido mucho tiempo con olor a gas y no lo reportan porque no quieren que le cierren el servicio. Esa persona ahora lo está reportando, y se suma”, afirma Nadiezhda González Durruthy, directora técnica de la Empresa de Gas Manufacturado.
González Durruthy destaca que las quejas de la población se han enfocado tanto en la Red Habana, a cargo de la planta de producción de Melones, como en la Red Playa-Marianao, a cargo de la planta de Marianao.
Añade que “hay personas que reportan y cuando llegamos al lugar ni siquiera tienen cocina. Y si un cliente no tiene tubería de gas no puede tener un escape. En ese sentido, hemos tenido un porciento alto de escape que cuando llegamos no existen”.
¿Qué mecanismo ha creado la empresa para atender el creciente número de reportes?
“De cuatro carros de guardia incrementaron a 15 brigadas para atender la demanda de la población que ha aumentado en los últimos días. Se priorizan lugares de interés social como escuelas y hospitales y por las grandes concentraciones de personas, también los edificios multifamiliares. Pero estamos atendiendo todos los reportes que nos llegan”, señala Argelia Reytor Suñer, directora general de Gas Manufacturado.
¿Hubo fallas en la odorización?
Daina Álvarez Álvarez, directora de la UEB de Producción de la Empresa de Gas Manufacturado de La Habana, explica que la odorización es un proceso que se realiza diariamente. ¿En qué consiste? Las plantas de producción cuentan con un depósito donde está el odorizante (una sustancia llamada etil mercaptano, la cual se le adiciona al gas para darle olor y que las personas lo puedan identificar y sentir). El gas pasa por ese depósito y se odoriza.
“Esa odorización tiene un parámetro establecido. Tiene que estar dentro de un rango que se monitorea y se analiza diario. ¿Qué sería la sobreodorización? Que se coja la válvula y se abra, o que se vaya por encima del parámetro. Pero el control del proceso es minucioso, eso no debe suceder. Repito, todo el tiempo se ha estado en los parámetros establecidos”, insiste la especialista.
¿Ese proceso no tiene por qué llevar a que las personas sientan ese olor a gas como han reportado?
“No, para nada. Es habitual dentro de la producción”.
Por su parte, la directora técnica de la Empresa, Nadiezhda González Durruthy explica que, en el supuesto caso que exista sobreodorización las personas pueden sentir el olor a gas con más intensidad, aunque se trate del mismo escape. Sin embargo, en las comprobaciones que se hicieron se concluyó que no hubo sobreodorización.
¿Qué pasó en la vivienda de La Habana Vieja?
“Nosotros creamos un puesto de mando en las inmediaciones del hotel Saratoga, donde nos llegaban los casos de la zona para que los visitáramos. Hay llamadas de pánico, que son lógicas, y que son previas a la explosión de la vivienda de la calle San Nicolás”, comenta Nadiezhda González Durruthy, directora técnica de Gas Manufacturado.
Sobre la explosión ocasionada por salidero de gas en La Habana Vieja, ocurrida en horas de la madruga del día 11, González Durruthy acotó que en ese caso no hubo reporte de una fuga previo al hecho. “En ese caso, sí debe haber existido un salidero, porque hubo explosión”.
González Durruthy, de manera preliminar, indicó que en el caso de la casa en La Habana Vieja, la cocina no tenía ventilación y aclaró que esa “es una condición de peligro, la vivienda no debería haber tenido el servicio de gas manufacturado”.
“Otro elemento a destacar es el mal estado del fogón, y no tenía las piezas plásticas para cerrar y abrir. Además, cuando los bomberos entraron tuvieron que cerrar la llave. Al ser un espacio tan pequeño, no se necesitaba mucho grado de concentración del gas para que pudiera ocurrir la explosión, al encender la luz”, dijo.
Debido a esa explosión fueron remitidos a los hospitales Calixto García y el pediátrico Juan Manuel Márquez, de Marianao, Reinaldo Quintana y el menor de 10 años Yeslei Quintana de la Viña, respectivamente, quienes fueron alcanzados por los efectos de la explosión.
Además, un vecino que fue también impactado, mientras circulaba frente a esa vivienda, ya fue dado de alta médica sin consecuencias que afecten su integridad. Otras tres viviendas tuvieron daños parciales.
Nadiezhda González nos alertó que estas investigaciones llevan tiempo, por lo que “se continúan estudiando las posibles causas de la explosión”, de conjunto con peritos del Ministerio del Interior y el Cuerpo de Bomberos de Cuba.
La directora técnica afirmó que, por lo general, ocurren alrededor de dos explosiones por fuga de gas manufacturado al año. “En el 2021 no ocurrió ningún hecho de este tipo”, informó. Sin embargo, los teléfonos que atienden Damarys y María de los Ángeles en el Centro Integral de Atención a Urgencias no paran de sonar. (Tomado de Cubadebate)