“Las relaciones entre México y Cuba son como usted ha expresado, históricas y entrañables”, dijo el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a su colega Andrés Manuel López Obrador en la tarde del domingo en el Palacio de la Revolución.
“En la propia historia entre México y Cuba se encuentran las razones para justificar, para alimentar, para continuar engrandeciendo esas relaciones”, reconoció el líder cubano. “Precisamente con esos propósitos se ha estado desarrollando esta visita —añadió—, que confirma el carácter de estos lazos y abre un camino para su avance y profundización”.
El mandatario cubano informó que en la sesión de la mañana, tras las conversaciones oficiales de ambas delegaciones, se había firmado “una Declaración que consolida una nueva etapa en la relación bilateral entre México y Cuba”, y los titulares de Salud de los dos Gobiernos “rubricaron un Acuerdo de colaboración que facilita aprovechar todas las potencialidades sanitarias, científicas, de esfuerzos conjuntos y voluntades que entre nuestros dos países podemos desarrollar en el campo de la salud para el beneficio de nuestros pueblos en esta noble área”.
Agregó que abordaron importantes temas de la agenda bilateral y también de la regional e internacional. Díaz-Canel agradeció a López Obrador su posición firme, de rechazo al bloqueo genocida impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos a nuestro país en el ámbito comercial, económico y financiero, así como al recrudecimiento que tiene ese bloqueo en los momentos actuales.
“La Declaración que adoptamos —abundó— reconoce el compromiso de ambas naciones con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que fue creada en una Cumbre de la CELAC aquí en La Habana (2014), y el respeto que ambas naciones profesamos al derecho internacional.
“Expresé también a nuestro amigo Presidente López Obrador el aprecio y reconocimiento por su papel a favor de la integración de Nuestra América, demostrando la encomiable labor de México al frente de la presidencia pro tempore de la CELAC el pasado año, y su defensa al respeto pleno a la soberanía e integridad de los Estados tal como proclamó siempre Benito Juárez.
“Coincidimos en lo improcedente de las exclusiones injustificadas de países de nuestra región de los eventos hemisféricos, como parece que es lo que ocurrirá en lo que ya podría llamarse la ‘supuestamente Cumbre de las Américas’—entre comillas—. Como ha expresado el Presidente López Obrador, las relaciones hemisféricas deben cambiar profundamente”.
“Presidente —concluyó Díaz-Canel—, creemos que hemos expresado de ambas partes, voluntad, esfuerzos e integración, y hemos tomado decisiones para el beneficio de México y de Cuba, y por supuesto, de nuestros pueblos”.
Amlo: “La razón es más poderosa que la fuerza”
El estadista mexicano, identificado también por el acrónimo Amlo, había antecedido a Díaz-Canel en el uso de la palabra. Agradeció el recibimiento dispensado por las autoridades y el pueblo de Cuba, y la Orden José Martí. Ofreció condolencias por el accidente del hotel Saratoga, y felicitó a todas las madres cubanas: “A las que están en la isla y las que están afuera, nuestro cariño”, dijo.
En su discurso recorrió la historia de las relaciones entre Cuba y México, los vínculos entrañables entre ambas naciones y en particular entre patriotas que colaboraron, desde el siglo XIX hasta la fecha, en las luchas por la independencia y la autodeterminación.
López Obrador ratificó su condena al bloqueo del Gobierno de Estados Unidos: “He dicho, con toda franqueza, que luce mal el Gobierno de Estados Unidos utilizando el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que este, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio Gobierno. Si esta perversa estrategia lograse tener éxito —algo que no parece probable por la dignidad (del pueblo cubano) a que nos hemos referido—, de todas formas, se convertiría en un triunfo pírrico, vil y canallesco, en una mancha de esas que no se borran ni con toda el agua de los océanos.
“También sostengo que ya es tiempo de la hermandad y no de la confrontación. Como lo señalaba José Martí, el choque puede evitarse, ‘con el exquisito tacto político que viene de la majestad del desinterés y de la soberanía del amor’. Es el momento de una nueva convivencia entre todos los países de América, porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida y ya no beneficia a nadie. Hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva.
“Es tiempo de expresar y de explorar otra opción: la de dialogar con los gobernantes estadounidenses, convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible. Nuestra propuesta puede parecer utópica y hasta ingenua, pero en vez de cerrarnos debemos abrirnos al diálogo comprometido y franco, y buscar la unidad en todo el continente americano.
“No veo otra alternativa ante el crecimiento exponencial de la economía en otras regiones del mundo y la decadencia productiva de toda América”.
Para la región, señaló López Obrador, “la propuesta es, ni más ni menos, construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y democracia.
“Aunque lo aquí planteado pueda parecer un sueño, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que, afortunadamente, existen en todos los países de nuestro continente.
“Por nuestra parte, creemos que la integración, con respeto a las soberanías y formas de Gobierno y la buena aplicación de un Tratado para el desarrollo económico y comercial, nos conviene a todos y que en ello nadie pierde. Sería, por el contrario, la salida más eficaz y responsable frente a la fuerte competencia que existe, que se acrecentará con el tiempo y que si no hacemos nada para unirnos, fortalecernos y salir victoriosos en buena lid, llevará de manera inevitable al declive de todas las Américas”.
En otro momento de su discurso, el Presidente de México expresó que “con todo el respeto a la soberanía y a la independencia de Cuba, les expongo que seguiré insistiendo para buscar, como primer paso, que Estados Unidos levante el bloqueo a esta nación hermana para iniciar el restablecimiento de las relaciones de cooperación y amistad entre los pueblos de las dos naciones.
“Por ello, insistiré con el presidente Biden en que no se excluya a ningún país de América Latina y el Caribe en la Cumbre del mes próximo a celebrarse en Los Ángeles, California, y que las autoridades de cada país decidan libremente si asisten o no a dicho encuentro, pero que nadie excluya a nadie”.
Al finalizar, el mandatario mexicano señaló: “A título personal sostengo que yo no apuesto al fracaso de la Revolución Cubana, a su legado de justicia y a sus lecciones de independencia y dignidad. Yo nunca voy a participar con golpistas que conspiran contra los ideales de igualdad y fraternidad universal. El retroceso es decadencia y desolación, es asunto de poder y no de humanidad, prefiero seguir manteniendo la esperanza de que la Revolución renace en la revolución, y aquí, en Cuba, es la nueva enseñanza mayor: este pueblo volverá a demostrar que la razón es más poderosa que la fuerza”.
López Obrador también agradeció “al generoso, solidario y ejemplar pueblo cubano” por haber sido condecorado, de manos del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con la Orden José Martí, ceremonia a la que asistieron también los miembros del Buró Político del Comité Central del Partido, Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; y Manuel Marrero Cruz, jefe del Gobierno de la República; el general del cuerpo de Ejército Álvaro López Miera y Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores.
Díaz-Canel: visita deseada, esperada, anhelada
En horas de la mañana de este domingo, previa a la entrega de la Orden José Martí, el mandatario había sido recibido oficialmente por su par cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Juntos pasaron revista a la Guardia de Honor y saludaron a las delegaciones que los acompañan.
Dentro de la delegación cubana como invitados se encontraban el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma y la doctora Olga Lidia Jacobo Casanueva, directora del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), entre otras personalidades.
“Esta era una visita deseada, esperada, anhelada, en la cual podemos trasladarle en nombre del Gobierno y el pueblo cubanos, toda la admiración, el respeto y el cariño que le tienen aquí en Cuba por sus expresiones y sus gestos con el pueblo cubano —dijo Díaz-Canel al inaugurar el intercambio entre las delegaciones oficiales—.
“Cuba no olvida cuando usted expresó, para todo el mundo, que el pueblo cubano era un pueblo que por su dignidad y heroísmo merecía ser reconocido como un patrimonio de la humanidad”.
Esta visita —expresó Díaz-Canel a López Obrador— tiene una significación altísima por varios elementos, en primer lugar porque estamos celebrando los 120 años del establecimiento de relaciones diplomáticas ininterrumpidas entre nuestros dos países y su visita honra esa historia de lazos de amistad, de hermandad, de solidaridad.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió que podría parecer, como dicen los escritores, un lugar común hablar de la amistad entre Cuba y México, pero que estaba aquí para ratificar esa hermandad y solidaridad entre ambos pueblos: “Nos da mucho gusto estar aquí, Presidente, amigo Presidente Díaz-Canel”, reiteró.
Homenaje al Héroe Nacional
El primer gesto público del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos Andrés Manuel López Obrador fue rendir homenaje al Héroe Nacional de Cuba José Martí. Justo al pie del monumento que preside la Plaza de la Revolución, el mandatario mexicano colocó una ofrenda floral en señal de respeto y veneración: “A Martí lo admiro tanto como a Bolívar y a nuestro Juárez”, dijo horas más tarde.
(Redacción Internacional, con información de Yaima Puig y René Tamayo)