Las vidas de Fructuoso Rodríguez Pérez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado Rodríguez y Joe Westbrook Rosales estaban bajo el constante peligro que acecha a todo combatiente en la clandestinidad.
El 20 de abril de 1957 la vileza de un delator condujo a los asesinos encabezados por el siniestro Esteban Ventura Novo hasta el edificio de la calle Humboldt número 7, en La Habana. El objetivo era dar muerte a cuatro dirigentes del movimiento estudiantil universitario y miembros del Directorio Revolucionario.
Ellos participaron en la gesta del 13 de marzo de ese año: el asalto al Palacio Presidencial y la toma de la emisora Radio Reloj. Desde entonces, llevaban 38 días de riesgoso peregrinar sorteando la intensa cacería de las fuerzas represivas de la dictadura de Fulgencio Batista.
¿Quiénes fueron aquellos jóvenes que, al igual que muchos otros, retomaron las luchas que en épocas anteriores lideraron Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras y Rubén Martínez Villena contra los regímenes de turno?.
Con los puños y con las armas
Fructuoso era alumno de la Escuela de Agronomía de la Universidad de La Habana. Simpático, bromista y aficionado al béisbol, opuso en incontables ocasiones la bravura de sus puños para ripostar a los esbirros en manifestaciones y actos donde resultó golpeado, herido y encarcelado.
En enero de 1955, junto a José Antonio Echeverría –su inseparable amigo y presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)- y a otros combatientes cubanos, participó en Costa Rica contra la agresión del dictador nicaragüense Anastasio Somoza.
Estuvo entre los miembros de la FEU que en agosto de 1956 asistieron a la firma de la Carta de México suscrita por Fidel Castro, jefe del Movimiento 26 de Julio y José Antonio, presidente de la organización estudiantil, documento que definió el compromiso de emprender la insurrección armada contra el régimen de facto.
Participó en la toma de la emisora Radio Reloj. Tras la caída en combate de José Antonio, asumió las responsabilidades que ocupaba su compañero de batallas: la presidencia de la FEU y la jefatura del Directorio Revolucionario.
Derroche de valor
La audacia y el humor eran dos cualidades de Juan Pedro, cuya combatividad infundía respeto a los sicarios batistianos.
La imagen de este espigado joven graduado de Medicina Veterinaria era bien conocida por los agentes de la tiranía. Retaba al peligro y lo demostró con creces en enconados actos de protesta y acciones armadas como el ajusticiamiento del coronel Antonio Blanco Rico, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM).
Con su coraje incalculable participó en el asalto a Palacio cuando pistola en mano, herido en un pie y a pesar de su escaza visión al perder sus espejuelos en el tiroteo, derrochó valor ante el enemigo.
Lealtad incondicional
José Machado (Machadito) fue otra figura descollante en las luchas revolucionarias en la Universidad de La Habana como alumno de la Escuela de Ciencias Sociales.
Asiduo a la práctica del deporte, se distinguía por su popularidad en entre el estudiantado, además estar vinculado estrechamente con José Antonio, Fructuoso y Carbó en las lides insurreccionales.
Hermandad sin límites demostró en el asalto a Palacio. A tiro limpio protegió la retirada de los combatientes atrincherados en el segundo piso del recinto. Tras evadir aquel círculo de fuego, penetró nuevamente en la mansión palatina y rescató a Carbó.
Joe, el más joven
Había nacido en 1937. Quienes le conocieron de cerca admiraban en él la madurez de su pensamiento político plenamente identificado con el ideario martiano.
Sus inquietudes patrióticas comenzaron en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Allí encabezó un grupo de estudiantes dispuestos a enfrentar al golpe militar de Batista, el 10 de marzo de 1952.
La labor revolucionaria de Joe prosiguió en la Universidad. Llegó a convertirse en un dirigente nacional como fundador del Directorio Revolucionario, en febrero de 1955, y designado responsable del frente estudiantil de la Enseñanza Secundaria. Acompañó a José Antonio en la toma de Radio Reloj.
El asesinato de los cuatro jóvenes en Humboldt 7, hace 65 años, aun conmueve. Eternos permanecen en la gloriosa lista de héroes y mártires del estudiantado universitario que ofrendaron sus vidas por la Revolución.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.