Cienfuegos. “Antes de la pandemia la esgrima escolar acá estaba transitando por un gran cuatrienio”, afirma casi gritando por el incesante ruido que producen el choque de los aceros, Armando Alejo, comisionado provincial de ese deporte.
“Habíamos obtenido dos segundos lugares y un tercero a nivel nacional. Nos quedó un año por competir, pero la COVID-19 lo impidió.
Estos muchachos que hoy están acá entrenando tenían buenos pronósticos para esa etapa”.
Refiere el preparador que desde noviembre del 2021 iniciaron los entrenamientos paulatinamente, teniendo en cuenta las condiciones de varios muchachos respecto a la pandemia.
“Era necesario no acelerar el proceso. Llevaban casi dos años inactivos. Los acondicionamos de forma gradual hasta diciembre para evitar lesiones”.
Se enorgullece Alejo del trabajo en la base. “Tenemos un gran educador llamado Vicente González. Él trabaja en la escuela José Mateo, y es el responsable de la mayoría de las promociones hacia la Eide. Aunque los otros profesores también realizan su aporte.
Contamos con esgrimistas con buenos resultados en todas las armas. Aunque la espada masculina resalta”.
Asegura el especialista que las relaciones con la comisión nacional son excelentes. “Nos mantienen actualizados, todas las informaciones fluyen, al igual que con la dirección de la Eide. Merece los mayores elogios. Su apoyo es total. Nos arreglaron el tabloncillo. Se deterioró un poco, pero ya está la brigada que lo reparará”.
Alejo dijo que los golpea la falta de armas. Eso los obliga a encontrar variantes. “Sabemos la situación económica del país. Por eso trabajamos con lo que tenemos y disfrutamos muchos los triunfos. Resaltan la labor de los estudiantes y los profesores”.
En guardia
El espadista Rafael Juvier es uno de los mejores filos de este territorio. Lo avala su condición de campeón nacional. En la categoría juvenil aspira a mucho más.
“Entreno mucho. En la casa me ayudan. Mi sueño es seguir ganando y llegar lo más lejos posible”.
La floretista Yoangela Villegas disfruta los entrenamientos. Quiere triunfar.
“Me preparo fuerte. El florete es el arma más difícil, pero yo me entrego. Ya tengo un oro nacional escolar. Ahora quiero lo mismo en la categoría juvenil. Al final sueño con estar en el equipo nacional”.
Los aceros continúan tintineando. Los esgrimistas sudando y las sanas ambiciones cobrando fuerza.
No le pusieron el crédito al fotógrafo