Los principales medios de información de Estados Unidos y Europa Occidental llevan a cabo, desde mucho antes del 24 de febrero, su propia guerra, digital y de todas las formas, que pasó a ser histérica cuando ese día las Fuerzas Armadas rusas iniciaron una operación militar especial.
Enumerar las sanciones que Estados Unidos y sus seguidores europeos han aplicado a Rusia sería interminable de contar, porque cada día, y a veces cada hora, se anuncia al mundo una nueva medida dirigida contra intereses rusos de todo tipo.
En síntesis y de forma clara, lo dice desde el Presidente hasta el último de los funcionarios vinculados a la inteligencia, las Fuerzas Armadas y la élite comercial y financiera de esa nación; el objetivo es hacer el mayor daño posible al “enemigo” para eliminarlo como un poderoso rival, no solo en lo militar, sino en todos los aspectos.
Jake Sullivan, asesor estadounidense de Seguridad, dijo de forma clara, a principios de abril; “continuaremos exprimiendo la economía rusa”
Una vez dado el pie del estribillo propagandístico, el coro de las cultas naciones de Occidente, Centro y Este europeo, comienzan a repetir lo dictado por Washington, echando leña a un fuego preparado por los centros de inteligencia estadounidenses desde hace mucho tiempo.
El plan es embaucar durante el mayor tiempo posible a Rusia en el conflicto, mientras que intentan hacerle el mayor daño.
Llevar al máximo la rusofobia
Los que seguimos el acontecer internacional recordamos las campañas en contra del comunismo, de la URSS y de todo lo que oliera intereses nacionalistas y de independencia de cualquier nación en el planeta.
El llamado campo socialista era el principal enemigo entonces, pero demasiado poderoso militarmente para enfrentársele. La Otan y la Ue apoyaban sin el menor pudor cualquier agresión militar yanqui contra pueblos del Medio Oriente e incluso Europa, como fue el caso de Yugoslavia.
Por suerte Europa, Estados Unidos y Canadá no constituyen la mayoría de los terrícolas, pues de serlo ya conoceríamos el nuevo mundo que en la mente de los gobernantes de estas naciones ricas consideran que llegó momento de imponerlo como orden mundial.
Pero si en 1990 la Otan aseguraba a Moscú que no “avanzarían ni una pulgada hacia el Este” hoy no solo cuentan con 14 nuevos miembros de esa región, sino que aspiran aprobar la entrada, este verano, de Suecia y Finlandia.
Y sin rubor alguno, dirigentes de la Unión Europea, dependencia civil de la OTAN, reconocen que la entrada de un país para formar parte de la organización lleva trámites de años, pero que con Ucrania se tomarán medidas extraordinarias para su ingreso.
No es el fin de la historia, falta mucho por ver
Forma parte de la propaganda hacer ver que todas las desgracias de los ucranianos se deben a lo que llaman la invasión rusa, sin necesidad de demostrar las pruebas que lo ratifique.
Qué curioso, el comediante-presidente, Zelensky dedica ahora su tiempo a dar charlas en línea en la mayoría de los parlamentos europeos e. incluso, en la mismísima Naciones Unidas.
Según el libreto que le ha tocado llevar adelante como actor, ahora también recibe visitas, algunas de países limítrofes, pero otras de mayor importancia, como las principales figuras de la Unión Europea y el Primer Ministro británico.
Aunque el actor comete errores, como hablar ante el Parlamento griego y cederle la palabra a un connotado nazi ucraniano o pedir y pedir más armas, las que le son de inmediato vendidas. La última petición fue a Corea del Sur.
La Otan y Usa, intervienen hace tiempo en este conflicto. Primero prepararon a los ucranianos, ahora les dan todo tipo de armas, cada vez más sofisticadas y no cuestionan sus crímenes. Para emplear las nuevas armas especialistas de Lituania ya se ofrecieron como instructores
La estrategia de la organización USA-OTAN-UE es alargar lo más posible las acciones, en fin, los que mueren son ucranianos y rusos, el ruido de las armas no les entorpece su tranquilidad. Se dedican a tratan de desaparecer a los rusos de la faz de la tierra, a los actuales de organismo internacionales y a lo de siglos anteriores de academias, universidades y el mundo cultural.
Y atención, la euforia los lleva a ir preparando condiciones para un nuevo frente ante el otro “enemigo” declarado. Provocan a China con la venta de nuevas y más modernas armas a Taiwan y el desarrollo de la una organización bélica similar a la OTAN, pero para Asía.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo a la emisora Rusia 24, hace solo unos días, que “la operación especial de su país está destinada a poner fin a la dominación de Estados Unidos”.
La historia no ha llegado a su fin, sino que le falta mucho por andar.
Hablamos de un conflicto en pleno desarrollo. Dicen que Rusia no puede con Ucrania, olvidando que la intervención militar tiene dos objetivos que se están cumpliendo. En fin, falta mucho para ver el final.