Los Órganos de Justicia Laboral (OJL) cumplen tres décadas de constituidos y han demostrado su valía como herramienta para impartir justicia desde las entidades.
Específicamente Santa Clara fue el municipio piloto escogido en el país para probar la idea, que luego se extendió a todos los centros laborales del territorio nacional.
Con su constitución en 1992, se puso en manos de los trabajadores el tratamiento a los conflictos laborales, lo que propició la solución de la inmensa mayoría de los asuntos relacionados con la disciplina y el derecho, a la vez regido por los principios de inmediatez, celeridad, legalidad, y comparecencia de las partes, entre otros asuntos.
Estas ideas las comentó con orgullo la abogada Aleida Rodríguez Díaz, especialista de la esfera de Asuntos Laborales de la CTC en Villa Clara, quien formó parte de los profesionales que integraron el núcleo fundacional de los mismos.
«Han sido muy útiles, por esa y otras muchas razones, como su perdurabilidad, pues se han mantenido por tres décadas; es el centro laboral donde mejor se conocen las interioridades de los conflictos y esa es la gran fortaleza, los casos son resueltos allí por los propios compañeros del colectivo», consideró.
Bárbara López Pérez, especialista superior territorial del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en Villa Clara, quien 30 años atrás dirigió la implementación del proceso en el municipio cabecera provincial, reconoció con satisfacción los frutos de aquel momento inicial.
“Ello conllevó esfuerzos, debates, preparación y análisis para que pudiera avanzarse en impartir la justicia laboral cubana”, dijo.
«En Villa Clara el 98 % de los conflictos se resuelven en los centros laborales, ese número habla de la validez del método y de una cultura formada, sin dejar de reconocer que hay casos en que las administraciones presionan para que el órgano cambie su veredicto», afirmó.
«Es impresionante que el 65 % de los miembros de los OJL del territorio sean ratificados e incluso algunos presidentes fundadores aún se mantienen.
Además, a pesar de que desde hace seis años no existe el grupo que a nivel nacional vinculaba a todos los factores, en nuestro territorio se mantienen en contacto la CTC, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Tribunales y Fiscalía, lo que ya es una tradición», precisó.
Según refieren las dos expertas en temas laboralistas esta decisión eliminó demoras en la radicación de expedientes en los tribunales, disminuyó afectaciones al trabajo de las personas para concurrir a las comparecencias; mejoró el clima laboral, se redujeron los gastos de justicia laboral para las entidades y los trabajadores, asimismo agregaron algo importante: «es una tarea voluntaria y consciente; sus miembros no perciben remuneración por el cumplimiento de esta importante y sensible función», precisaron.
Treinta años después se confirma la valía de la experiencia que ha sido trascendente en el universo laboral cubano. El reto debe centrarse en rescatar la disciplina para hacer avanzar los procesos económicos de las entidades y perfeccionar cotidianamente el trabajo de este Órgano.
En mi provincia de Ciego de Ávila fuí uno de los que impartieron la preparación a los que integraron los Órganos de Justicia Laboral de Base (OJLB), en los ’90 del pasado siglo. Constituyó un honor para mi, habiendo sido asesor jurídico de una entidad, aunque luego los atendí directamente. Unas palabras al respecto: cuando la justicia en el ámbito laboral se imparte con imparcialidad, el orden y la disciplina en el centro donde se originó el conflicto se respetan tanto por trabajadores como por el empleador.
Todavía falta mucha preparación a los OJL y que entiendan, al igual que las administraciones, que los OJL son un tribunal en el centro laboral y se le debe el espero debido y que sólo deben obediencia a la ley.