La Contabilidad ha estado carente de la atención que merece. En muchas entidades no se considera una herramienta imprescindible para dirigir y eso ha desmotivado, en buena medida, a quienes estudiaron o se ocupan de llevar ese sistema de registros y análisis.
Me remito a la entrevista realizada hace algún tiempo a Elia Ruiz Betancourt, una experimentada economista cubana, en la cual afirmó: “La contabilidad surge de la necesidad de extraer de las resoluciones vigentes, hipótesis fundamentales y normativas de los organismos superiores y rectores de la actividad, aquellos aspectos y cuentas que se utilizan en cualquier entidad para facilitar su consulta y aplicación.
“Debe ser oportuna, razonable, sistemática e interactuar permanentemente con el resto de los decisores y trabajadores para garantizar sus objetivos; brindar información confiable, lo cual posibilita adoptar decisiones y corregir las desviaciones de los planes y presupuestos, garantizando así la comprobación del uso, explotación y disponibilidades de los recursos materiales y financieros.
“Tiene asimismo que responder a las características de la acción fundamental para la que se construye, y permitir, respetando el rigor necesario, la adecuación a los cambios estructurales, regulatorios y otros que puedan surgir en el transcurso de un ejercicio o período determinado”.
Y agregó:
“Una de las responsabilidades mayores que tiene un económico o contador en una entidad es hacer que la información contable y financiera sea utilizada por sus directivos como herramienta efectiva e imprescindible de dirección, aunque esta es una tarea que resulta difícil y maltratada en algunos casos.
“Ese comportamiento puede verse a través de dos vertientes: la primera es la del contador que no es capaz de mostrar valoraciones motivadoras o retadoras que mejoren los resultados multilaterales de su entidad. La segunda radica en las administraciones que no quieren evaluar resultados negativos por temor, o simplemente asumen posturas prepotentes o alejadas del centralismo democrático”.
Ahí radica la esencia del asunto. Por razones obvias ese comportamiento debe ser revertido y situar, de una vez y por todas, a la Contabilidad en el sitio que le corresponde y conferirle la importancia debida.
Aprecio que en los más altos niveles de dirección y en la mayoría de los académicos hay consciencia plena de ello. Una de las evidencias al respecto son los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros y que aparecen en la Gaceta Oficial ordinaria número 64.
El primero de ellos está dirigido a aprobar las medidas para el fortalecimiento de la Contabilidad en las entidades del país, encaminadas a lograr los objetivos fundamentales siguientes:
- perfeccionamiento organizativo,
- formación y preparación de los cuadros y personal técnico,
- normas para el análisis de temas asociados y reconocimiento al desempeño de la profesión.
- otro está dirigido a jerarquizar la actividad contable.
El programa integral que pretende dar solución a las causas que motivan algunas deficiencias en la contabilidad y el Control Interno de entidades pertenecientes al sistema empresarial, las unidades presupuestadas y ahora, los nuevos actores económicos que asumieron personalidad jurídica, debe dar al traste con los problemas acumulados y darle un vuelco de hoja a la desatención y la falta de consideración oportuna, a la vez que propicie el mejoramiento de la atención al personal que se desempeña en esas funciones y a sus condiciones de trabajo.
Puede este 2022 ser el año de la Contabilidad en Cuba siempre que se mantenga el control, el análisis oportuno y que lo acordado y definido no quede solo en meras intenciones.
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.
La contabilidad en Cuba fue hace más de medio siglo, una actividad reconocida por la profesionalidad de sus contadores, una larga tradición, que luego del triunfo de la revolución, el Che como Ministro de Industrias trabajó y luchó por reposicionar en las nuevas circunstancias en que se vio envuelto el país, con un éxodo de profesionales, contadores entre ellos, unido a los cambios operados en la economía, con la nacionalización de las principales industrias y empresas, que empezaban a ser operadas por el estado cubano, dirigidas en su mayoría por personas con muy buenas intenciones, pero sin la debida preparación y conocimientos.
Quizás nadie como él Che entonces, haya tenido tamaña claridad de la importancia vital de la contabilidad, ni nadie como él, haya hecho tanto por defenderla y desarrollarla.
La historia después del Che, es bien conocida, sus colaboradores más cercanos, la mayoría ya fallecidos, como Borrego, Arcos Bernes, y otros, sufrieron y mucho las distorsiones que vs la contabilidad se cometieron, y que en algún momento prácticamente dejó de existir.
Había que hacer, y cumplir los planes y metas a cualquier costo, sin importar los costos. A COSTO lo enterraron, y lo enterraron bien durante mucho tiempo.
El decreto 9041 recién aprobado para el fortalecimiento de la contabilidad, es casi una copia fiel del Decreto 3334 que estuvo vigente por más de 20 años, mismos postulados, con cambios cosméticos.
Era insuficiente el anterior Decreto?, o fueron insuficientes los que no siendo capaces de aprovechar a plenitud los espacios y las vías que que abrió este Decreto para darle un vuelco a la crisis en que se ve sumida la contabilidad, hicieron mutis, y se limpiaron con la noticia , para 20 años después de ser promulgado, aparezca otro documento que se plantea las mismas metas, enmascaradas en un nueva norma jurídica de número 9041.
Si se puede, pero haciendo, sobre la base del entendimiento primero y luego de la aplicación consciente de la tarea, no entreteniendonos con lo mismo de lo mismo.
Muy bueno este análisis del trabajo de los contadores, que molestía da cuando planteas soluciones a problemas de tu entidad y no te comprendan y se tomen malas decisiones, o simplemente en muchos casos recae la responsabilidad de cualquier hecho malo sobre los contadores. Esto pasa en muchas empresas, el contador que se respeta vela porque los hechos económicos se reflejen tal y como suceden, que los libros contables sean confiables, además de alertar a toda la administración cuando no se puedan hacer las cosas. Hay que preparar sobre todo a los Directores(as) sobre los principales aspectos de la contabilidad que entre muchas cosas se rige por principios inviolables, por eso esta carrera se estudia con tanta precisión.