Para mí es mucho más fácil entender el Proyecto del Código de las Familias, porque en la mía siempre se respetaron las preferencias sexuales de sus integrantes, dijo Yuraika González Carralero, residente en Isla de la Juventud.
Comentó que haber crecido en un ambiente sustentado en el amor, los afectos y el respeto mutuo, le permitió a su primo -quien por su orientación prefiere a los de su mismo sexo- desarrollar libremente su personalidad y llevar adelante su proyecto de vida personal, tal como lo reconoce el proyecto de ley.
Su preferencia nunca dificultó nuestras relaciones, mis padres nos enseñaron a respetarlo y quererlo tal cual es. Mi mamá lo adora…, es su sobrino y aunque parezca repetitivo, este código es inclusivo porque ahí veo reflejada también a mi familia, subrayó González Carralero.
Mi primo ya no vive en el país, decidió materializar su proyecto familiar en otra nación, pero llevar a forma de ley, lo que hace años es una realidad en muchas familias cubanas significa estar a tono con los tiempos, acotó esta pinera, quien está a favor de la versión 24 del Proyecto del Código de las Familias, en consulta popular hasta el 30 de abril en más de 78 mil puntos de reunión.
Afirmó que el texto pone a Cuba frente al espejo en toda su pluralidad y sobre todo se respetan los derechos humanos de las personas.
El contexto normativo nacional establece la igualdad como presupuesto para el respeto pleno de las personas, al figurar Cuba entre los 10 países que proscriben la discriminación por orientación sexual e identidad de género, otorga rango constitucional a ese derecho y se corresponde con los tratados internacionales firmados. (Tomado de ACN)
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