Si un colectivo representa en Matanzas los deseos de la provincia de prosperar en todos los ámbitos de la creación de bienes y de servicios, ese es Suchel-Jovel, notorio por su manera de entender la empresa de nuevo tipo necesitada por el país, y apostar por ello.
La industria, ubicada en Jovellanos, “es capaz hoy por sí misma de lograr producciones de calidad, con aceptación en la población, demostrando que la empresa socialista cubana ciento por ciento es una posibilidad real”, reconoció el Presidente Miguel Díaz-Canel, al valorar la positiva reacción de una fábrica antes operada en sociedad con un inversionista extranjero. Un halago mayor haría el mandatario si en vez del 11 de julio del 2018 su visita se realizara ahora.
“Rescatar renglones, incrementar capacidad productiva, crear encadenamientos, insertarse en el mercado en moneda libremente convertible (MLC) o en el comercio electrónico, son opciones de las 43 medidas para fortalecer el sector empresarial que nos benefician”, manifiesta Raúl Méndez González, director de esta unidad empresarial de base (UEB), productora del detergente líquido Limtel, y del jabón de tocador Lis, destinados en lo fundamental al Ministerio de Comercio Interior para la venta en la canasta familiar normada.
“Ya financiamos con los ingresos una nueva línea para detergente líquido. Damos pasos para elaborar suavizante textil y hacer otras variantes de ofertas como un gel de baño”, relata animado.
Mientras realizan su faena, jóvenes Alberto Marichal y Antonio Ledesma aseguran sentirse a gusto en el área de los novedosos surtidos de detergentes Diasol y el Klim. “Ya concretamos la primera venta en MLC del año. La meta es crear fondos propios, desarrollar la tecnología para obtener un excelente acabado y reaprovisionarnos de materia prima”, augura Yeimi Vázquez Sánchez, especialista en Gestión Económica.
Aunque aún en pequeñas cantidades, el expendio en moneda nacional a las cadenas de tiendas Cimex y TRD Caribe también posibilitó captar ingresos y distribuir utilidades, agrega Marbelis Llerena, especialista en Recursos Humanos, consciente de que el salario de 2 mil 903 pesos promediado en el 2021 anda lejos de complacer.
“Tenemos fe en las posibilidades ofrecidas en el Decreto 53”, alternativa que una vez materializada, sostiene, mejoraría los ingresos, “algo merecido por lo mucho que trabajamos”, alega la operaria Elena Moreira, integrante de un colectivo en el cual asimismo descuellan el electricista Horacio Rodríguez y varios mecánicos, que tanto remedian los achaques de equipos con casi 40 años de existencia.
La creación de un organopónico y un huerto intensivos hablan de cuánto se hace allí por la atención a la fuerza laboral, de protagónica presencia en convocatorias de trabajos productivos y en el enfrentamiento a la COVID-19; combate que la UEB honró no solo cumpliendo la misión de satisfacer los planes, sino aportando un extra a la salud pública y a centros de aislamiento.
“La sala de Pediatría es un crisol gracias a nuestro padrino Suchel-Jovel”, pondera José Enrique Manrresa, administrador del hospital de Jovellanos, sentimiento compartido en Nueva Luisa, circunscripción agradecida por quienes ayudan a elevar la calidad de vida de los pobladores, sobre todo de personas con situaciones de vulnerabilidad.
Irelys Guerra Martínez, secretaria general del buró sindical, no esconde el orgullo de representar a los más de 300 empleados, siempre prestos a responder para que los surtidos lleguen en tiempo a los hogares cubanos.
“Sabemos que no todo está logrado, pero nos afanamos, entre otras cosas, por evitar delitos. Para ello nos basamos en la guardia obrera y en el chequeo constante de los miembros del consejo de dirección. La unidad nos ha llevado a los saldos que hoy tenemos”, reconoció.
Ella y la mayoría en la UEB creen que ha tocado la hora de ser, al fin, colectivo Vanguardia Nacional, categoría superior de la emulación socialista que nunca han alcanzado. “Sería un premio a los trabajadores de hoy y a los que ya no se encuentran”, indican Irelys y Méndez.
Por lo pronto, de lo que sí nadie tiene dudas es del justo merecimiento de la sede por el primero de marzo, Día del Trabajador de la Industria Ligera, triunfo forjado poco a poco por un colectivo que prestigia al movimiento sindical matancero, asegura Osmar Ramírez, secretario general del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba.