Sin dudas, la selección masculina cubana de baloncesto ha experimentado una evolución nada despreciable en los últimos años. No obstante, como reconocía Jasiel Rivero en la conferencia de prensa tras la derrota ante México 72-82 en la ventana rumbo a la Copa Mundial, el equipo debe dar el golpe sobre la mesa y comenzar a mostrar resultados.
No es menos cierto que las figuras contratadas en el exterior disponen de poco tiempo para compenetrarse con el grupo que entrena en Cuba, sin embargo, existen otros factores que han marcado el juego de los de la Mayor de las Antillas en las presentaciones recientes.
Por momentos el trabajo que se ha hecho en los últimos tiempos se evidencia sobre el tabloncillo, plantándole cara a contrincantes superiores, pero la desconcentración y la falta de engranaje del conjunto merman los resultados.
Las deficiencias en el aspecto organizativo son recurrentes y en ocasiones el accionar ofensivo se torna muy básico, con pocas variantes y fácil de neutralizar por la defensa rival. Si a esto le sumamos los fallos en tiros libres, con un bajo 59 por ciento de efectividad en el clasificatorio, y puntos clave aparentemente sencillos que no se concretan, se hace muy complicado poder ganar partidos.
Además, Cuba debe explotar las habilidades de sus mejores exponentes y cerrar filas en defensa para no caer en las jugadas de pick and roll que tanto daño le hicieron cuando enfrentaron a México, rival ante el que tampoco supieron cuidar la posesión y tuvieron 17 pérdidas de balón.
Aún así, este grupo parece ir por el camino correcto, demostrando la importancia de insertar atletas en ligas foráneas y convocando a aquellos cubanos contratados de manera independiente que desean representar a su país.
Pedir resultados inmediatos a una escuadra que todavía no logra el team work, con una dirección que prácticamente acaba de asumir las riendas y que en ocasiones no cuenta con las mejores condiciones, sería demasiado exigente.
De momento queda aprender de los errores y trabajar, pues las posibilidades de clasificar a la siguiente fase se alejan y a Cuba, al parecer, se le cierra la ventana.