“Estar celebrando desde aquí un aniversario 60 de la fundación del Departamento de Versiones Taquigráficas del Palacio de la Revolución, es un hecho que hace justicia al compromiso revolucionario, a la entrega, a la profesionalidad, al tesón en el trabajo, y a la superación personal”.
Así expresó este sábado a fundadores y trabajadores de un grupo que no es extenso pero es un intenso ejército de la lealtad y la memoria, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Desde el Palacio de la Revolución y a propósito de un nacimiento oficial que tuvo lugar el 24 de febrero de 1962, el dignatario dijo a los homenajeados: “Yo me siento obligado a expresar a ustedes algunas palabras que tienen que ver sobre todo con los sentimientos y con el reconocimiento a la labor que ustedes han estado realizando en todos estos años”.
Díaz-Canel Bermúdez compartió su visión de que el Palacio “guarda una historia tremenda desde el momento en que se convirtió en el Palacio de la Revolución”. Y afirmó: “Siempre me imagino a Fidel dando pasos grandes, sus zancadas grandes por todo este Palacio, llegando a cada lugar. Hemos tenido la oportunidad de poder ver las imágenes de cuando se reunía con ustedes, cuando se reunía con otros colectivos aquí en Palacio y cómo se fue tejiendo con él, con Celia, con otros compañeros y compañeras, todo un sistema de trabajo, un rigor, una cultura de trabajo en esta sede del Gobierno revolucionario”.
Al evocar encuentros que ha podido tener en otros momentos con ese valioso colectivo, el Jefe de Estado afirmó que tales intercambios significaron para él la oportunidad de “calar en la calidad humana de todas y de todos, y conocer de las anécdotas”.
“Ustedes aprendieron a hacer taquigrafía, empezaron a hacer taquigrafía por los métodos más tradicionales que ya había, y no se quedaron ahí”, comentó el Presidente cubano; y añadió su reflexión acerca de cómo, en la medida en que las tecnologías de la informática y las comunicaciones han ido avanzando, los trabajadores del Departamento, sin dejar la libreta del taquígrafo, la pluma, los lápices y los símbolos,han ido incursionado en las tecnologías modernas, lo cual “demuestra también un afán de superación y un afán de perfeccionamiento”.
Gracias a ustedes –enfatizó Díaz-Canel Bermúdez- “nosotros hemos podido tener, preservar, conocer, utilizar valiosos documentos, reflexiones, ideas, conceptos del Comandante en Jefe, del General de Ejército, y de los principales dirigentes de nuestra Revolución a lo largo de la historia”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido comunista dio las gracias a ese colectivo porque “cuando hemos estamos abordando determinadas problemáticas que tienen un peso en la vida actual, siempre he querido beber de la historia, buscar antecedentes históricos, buscar situaciones similares de otro momento, y he acudido a ustedes para que nos preparen esos materiales”.
La diligencia, la rapidez a pesar del inmenso trabajo orientado, la invariable capacidad de entregar lo que se les pide fueron fortalezas por las cuales el mandatario habló de sentir seguridad “cuando ustedes están sentados en las mesitas que les ponen”, porque “cuando ustedes están ahí, uno está seguro de que no se va a perder un detalle de lo que estamos conversando, no se va a perder una frase”.
Mirando al futuro, el Jefe de Estado habló a los consagrados trabajadores sobre “seguir contribuyendo al desarrollo de esta actividad que siempre tiene que estar presente en Palacio: Yo tengo la convicción de que ninguna máquina, ninguna técnica moderna podrán sustituir a las personas”, dijo Díaz-Canel en clara alusión a quienes, con sus símbolos como herramientas, han sabido recoger en tiempo real momentos muy importantes de la historia.
De los jóvenes que se han incorporado al departamento y que son continuidad, de digitalizar la memoria histórica, de desplegar un trabajo conjunto con el Centro Fidel Castro Ruz habló también el Presidente cubano, quien no alberga dudas de que las mujeres y los hombres de Versiones Taquigráficas “siempre van a estar”, y “siempre van a tener el reconocimiento, el respeto y la admiración por lo que han forjado, por lo que han mantenido, y por lo que han crecido”.
Al comienzo de un encuentro marcado por las emociones, la Jefa del Departamento de Versiones Taquigráficas, Adis Ladrón de Guevara, compartió con los presentes breves palabras en nombre de sus compañeros: “Presidente, el Departamento de Versiones Taquigráficas ha cumplido 60 años; todos, al servicio incondicional al Comandante en Jefe, que es decir al servicio de la Revolución; hoy, bajo su dirección como continuidad”.
Ella mencionó, porque allí estaban, “a un pequeño grupo de fundadoras, guiadas desde sus inicios por la inolvidable Celia Sánchez Manduley, creadora e impulsora de este Departamento”. Las llamó por sus nombres, y subrayó que entre veinte y cincuenta años de entrega tienen algunas compañeras que todavía forman parte del equipo.
Allí estaban además -como no olvidó decir Adis Ladrón de Guevara- los miembros del equipo que han tenido a su cargo la confección del boletín de cables y de internet, y una nueva hornada de trabajadores “que asumirá la responsabilidad de mantener este legado y de enfrentar los nuevos retos”.
“Constituye un enorme privilegio la oportunidad de este encuentro, Presidente -expresó la Jefa del Departamento de Versiones Taquigráficas-; le queremos expresar nuestro compromiso de fidelidad sin límites y apoyo incondicional a usted, quien simboliza la continuidad de la obra revolucionaria del Comandante en Jefe”.
RECUENTO DE UNA ENTREGA EXCEPCIONAL
Como nota especial de este sábado el homenaje incluyó la muestra de un material audiovisual, donde lo primero que asoma en movimiento son un par de manos que parecen volar sobre el teclado. Y seguidamente se escucha la voz de Fidel hablando de las compañeras que ya llevaban décadas en Versiones Taquigráficas.
Igualmente pueden disfrutarse una fotografía del Comandante en Jefe entregando flores a un grupo de jóvenes taquígrafas, y su voz recordando que algunas llegaron desde la Sierra Maestra al Departamento cuando triunfó la Revolución, y se hicieron taquígrafas para más tarde manejar las computadoras, manejar todo: “Yo me asombro –comentaba él- de la velocidad con que arreglan cualquier hoja de esas que hay que cambiar, que modificar, o ideas nuevas que introducir, ideas escritas que hay que suprimir; la velocidad con que esas compañeras trabajan…”.
Seguidamente, conmovedoras, las voces de las taquígrafas: alguna contando que llegó con 17 años, traída por Celia, porque “ella defendía mucho la historia y que todo quedara”; otra describiendo la técnica de abarcar los largos discursos: ella asumía diez minutos del mismo y transcribía, y luego volvía a incorporarse; una tercera contando que entre ellas y Fidel la relación era de un padre con sus hijas; y otra recordando el privilegio de haber acompañado a dirigentes como el Che Guevara.
“Si nos conocían –declaró una de sus fundadoras para el documental- era porque nos veían”, pero no porque alguna vez hubieran hecho alarde de ello. “Esa no fue su enseñanza (la de Fidel): su enseñanza era la modestia”. Y así, discreta, anónimamente, han comenzado una mañana y han llegado al amanecer siguiente; han salido del cumpleaños de algún hijo para irse al trabajo; saben lo que es tener a sus pequeños en la misma oficina mientras ella laboran contra cierre; y les da alegría, a lo profundo del corazón, cuando han visto que en algún periódico dice “Versiones Taquigráficas”.
Hubo reconocimientos en el encuentro: A propuesta del Buró Sindical del Palacio de la Revolución, el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Administración Pública, por toda la labor realizada en estos 60 años, acordó entregar al colectivo de Versiones Taquigráficas la Placa Conmemorativa aniversario 60 de la fundación del Sindicato. Y luego trabajadores y jubilados recibieron de manos de Díaz-Canel Bermúdez diplomas que simbolizan la gratitud por tanto esfuerzo.
Desde el documental que refleja una labor trascendental para Cuba, asomó la idea de una taquígrafa fundadora, en la cual se encierra el sentido de un departamento imprescindible: “El interés nuestro es que nuestro Departamento no fallezca; que siga sirviendo al Estado, que siga sirviendo a la Revolución, que siga ayudando a la memoria histórica de nuestro país”.