El avance del cambio climático aumentará en todo el mundo el riesgo de incendios forestales devastadores en las próximas décadas, advierte un nuevo informe científico publicado este miércoles.
Según el documento, el incremento mundial en la intensidad y la frecuencia de los devastadores fenómenos será del 14 % para el año 2030, del 30 % para el 2050 y del 50 % para finales del presente siglo.
La investigación fue realizada por un equipo de más de 50 científicos de todo el mundo y divulgada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y GRID-Arendal, una organización ambientalista sin fines de lucro con sede en Noruega.
Los autores del informe identifican al calentamiento global, las sequías y los cambios en el uso de la tierra como causantes directos de esta amenaza de desastres, que tiene su origen en la actividad humana y de la cual no escapará ningún rincón de la Tierra.
La primera víctima de los incendios forestales es la naturaleza de nuestro planeta, pues arrasan con la vida silvestre y los hábitats naturales, y han colocado a algunas especies de animales y plantas más cerca de la extinción. Ejemplo de ello son los incendios forestales del 2020 en Australia, que se estima acabaron con miles de millones de animales domésticos y salvajes.
Por supuesto que la salud de la especie humana resulta directamente perjudicada, pues el humo de los incendios forestales ocasiona en las personas impactos respiratorios y cardiovasculares.
Los investigadores destacan que los países más afectados por los incendios forestales son los más pobres, con impactos que se prolongan mucho tiempo después de apagado el fuego, impidiendo su progreso hacia el desarrollo sostenible y agudizando las desigualdades sociales; también los costos de la reconstrucción tras los incendios a menudo están fuera del alcance de estas naciones.
De acuerdo con los científicos, los incendios forestales y el cambio climático se exacerban mutuamente. Al respecto, explican que el cambio climático empeora los incendios forestales a través del aumento de la sequía, las altas temperaturas del aire, la baja humedad relativa, los rayos y los fuertes vientos, lo que da como resultado temporadas de incendios más cálidas, secas y prolongadas.
A su vez, los incendios forestales empeoran el cambio climático al devastar ecosistemas sensibles y ricos en carbono como las turberas y las selvas tropicales, lo que convierte los paisajes en polvorines y dificulta detener el aumento de las temperaturas.
En su informe, los especialistas incluyen recomendaciones para enfrentar este peligro, proponiendo al respecto un cambio radical en las estrategias de los Gobiernos, de modo que estas se basen en la prevención, la preparación y la asignación adecuada de los presupuestos.
En este sentido, subrayan la urgencia de entender mejor el comportamiento de los incendios forestales, puesto que su prevención exige una combinación de datos y sistemas de monitoreo basados en la ciencia, conocimientos indígenas y cooperación regional e internacional sólida.
Sobre las prácticas de los pueblos indígenas, se significan los incendios provocados en algunas zonas de África para eliminar la vegetación y evitar incendios forestales que serían más graves y menos controlables, una práctica ejercida durante siglos por muchas comunidades.
En cuanto a los presupuestos, exhortan a las autoridades a adoptar una fórmula que asigne dos terceras partes de los recursos para combatir estos fenómenos a la planificación, prevención, preparación y recuperación; y el otro tercio se asigne a la respuesta cuando los incendios ocurran, destino este último que actualmente recibe más de la mitad de los recursos presupuestados.
El informe también llama la atención sobre los peligros que encaran los bomberos al desempeñar su trabajo, al tiempo que pide normas internacionales más estrictas para velar por su seguridad y salud.
Según lo reportado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estudiará cómo hacer más inversiones para reducir el riesgo de incendios en ecosistemas críticos de todo el mundo.
“Debemos minimizar el riesgo de incendios forestales con mejor preparación: tenemos que invertir más en la reducción del riesgo de incendios, trabajar con las comunidades locales y fortalecer el compromiso global para combatir el cambio climático”, afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
Cabe apuntar que el presente estudio se publica previo a la reanudación de la sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que tendrá lugar en Nairobi, Kenya, entre el 28 de este mes y el 2 de marzo próximo, y a la que asistirán representantes de 193 países.
(Con información de páginas web del PNUMA y Noticias ONU)